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Detenidos dos empleados de una tienda de Fuengirola por obtener móviles con datos de clientes para luego venderlos

  • Lograron un beneficio de unos 15.000 euros, según la investigación policial

Un vehículo de la Policía Nacional

Un vehículo de la Policía Nacional / M. H.

La Policía Nacional ha detenido en Fuengirola a tres personas, de nacionalidad española y con edades comprendidas entre los 53 y 39 años, como presuntos responsables de los delitos de estafa, usurpación de identidad, falsedad documental y asociación ilícita. Además, hay una cuarta persona identificada aún no detenida. Dos de los arrestados son empleados de una tienda de telefonía móvil.

La investigación comenzó a finales de julio tras la denuncia interpuesta por un ciudadano después de que detectara varios contratos a su nombre -unos, por contrataciones de líneas telefónicas y otros, por las compras a plazos de teléfonos móviles- que él ni había autorizado ni había firmado.

Tras meses de arduas investigaciones, los agentes concluyeron que detrás de los hechos se encontraba una trama integrada por cuatro personas. Además constataron que dos de ellas eran empleadas de la tienda en la que ocurrieron los hechos. Finalmente fueron localizados y detenidos de tres de los integrantes, mientras que el cuarto está pendiente de arresto.

Según las pesquisas, los arrestados usurpaban la identidad de otras personas para realizar contratos de teléfonos móviles de última generación y tabletas sin su consentimiento en una tienda distribuidora oficial de una compañía de telefonía móvil en la localidad, han indicado desde la Policía Nacional en un comunicado.

El fraude alcanza los 15.000 euros

Los aparatos, obtenidos de forma fraudulenta, posteriormente eran vendidos por los investigados a través de una página web de artículos de segunda mano donde se llegó a pagar por alguno de ellos hasta 925 euros.

Así, habrían puesto a la venta aproximadamente una quincena de terminales, todos de gama alta, cuyo precio rondaba los 1.400 euros la unidad. De esta manera se calcula que habrían conseguido un botín que rondaría los 15.000 euros.

Los clientes elegidos para tal fin eran siempre extranjeros, la mayoría de edad avanzada y sin domicilio fijo en España, ciudadanos que difícilmente iban a descubrir que eran los titulares de estos contratos fraudulentos ya que no eran sus cuentas bancarias las utilizadas para el cobro de las compras.

En cuanto a la realización de los contratos, los investigados utilizaban documentación bancaria falsificada a fin de engañar al sistema y poder tramitar el contrato. La investigación policial ha sido remitida al Juzgado de Instrucción número 2 de Fuengirola.

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