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La huella indeleble de un corazón solidario

  • Fallece un saharaui que colaboraba con Protección Civil y al que no dejaron regresar a España tras una visita humanitaria

Cuando Mrabih Sid Ahmed Alauiu salió de Moclinejo para visitar los campamentos saharauis, sabía que podría ser su último viaje. Se arriesgó a salir de España y volver a entrar en territorio africano porque quería estar con sus compañeros de Protección Civil en misión humanitaria. Sobre todo porque iban a enseñar a los suyos cursos de primeros auxilios, entregar medicamentos o botiquines de emergencia. Mrabih estaba enfermo del corazón y no le importó volver a su tierra pese a que tenía el pasaporte caducado. La renovación del documento y la falta de tratamiento en el Sahara le costó la vida el pasado lunes.

Tenía 31 años y llegó a Moclinejo por casualidad. Hace cinco años estuvo ingresado en el hospital Carlos Haya donde le detectaron lupus eritematoso sistémico. Una enfermedad crónica autoinmune que suele afectar al corazón. Estaba sólo pero compartía habitación con Mari Carmen Muñoz, una vecina del municipio que tras conocerlo lo acogió. Consiguió recuperarse gracias a la forma de vida que llevaba en el pueblo axárquico con su familia de acogida y a las investigaciones que desarrolló el doctor Enrique de Román. Durante estos años trabajó en talleres de empleo y en la construcción.

Un día, según cuenta el jefe de Protección Civil de Moclinejo, Rafael Gálvez, se acercó a ellos porque quería ser voluntario. "Desde entonces siempre estaba disponible para cualquier salida que tuviésemos y era el último en marcharse. Era una gran persona, gran amigo y compañero", recordó Rafael quien apenas aguanta las lágrimas cuando recuerda los diez días que pasaron en los campamentos saharauirs. "Fue muy feliz. Yo explicaba cómo hacer asistencias, y él se las traducía al árabe a las mujeres".

La idea de viajar partió del grupo de Protección Civil de Moclinejo que el pasado verano colaboró con la Asociación Amigos del Pueblo Saharui en la recogida de alimentos y medicamentos. "Queriamos hacer más, y devolverle a Mrabih a través de su pueblo todo lo que él nos había dado estos años". Fue entonces cuando a finales de febrero partieron hacia Tinduf. Mrabih llevaba pasaporte argelino, la tarjeta de residente española y un visado colectivo de la asociación. También un certificado médico que acreditaba su enfermedad. Sin embargo, para las autoridades no fue suficiente. "Nos despedimos en el aeropuerto y le dije que intentaría por todos los medios traerlo a casa. No fue posible", sollozó Rafael que no puede olvidar aquel 2 de marzo.

En Moclinejo no olvidan a Mrabish, y por eso van a concentrar todas sus fuerzas en continuar ayudando al pueblo saharaui. El alcalde, Antonio López (PSOE) llevará una moción al Pleno para que sea nombrado hijo adoptivo. El grupo de Protección Civil ha pedido a la dirección general la medalla al mérito de Protección Civil puesto que estaba en misión humanitaria. "Fue uno más. Llegó con el uniforme del grupo de Moclinejo, pero su gran corazón le pudo".

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