Provincia

Dos nuevos municipios unidos por la mina y por la segregación

  • La provincia ya cuenta con 81 pueblos

  • Los ciudadanos zarceños salen a la calle para festejarlo

  • Algunos temen subidas de impuestos pero creen que se mejorarán los servicios

Solo el paso esporádico de algún que otro vehículo rompe a primera hora de la mañana la tranquilidad y el canto de los pájaros en el tranquilo caserío de La Zarza-Perrunal. Sonidos que también se acompañan del murmullo proveniente de alguno de los bares del municipio, donde los lugareños toman el primer café -o aguardiente según el caso- del día, y del típico "buenos días" que se dedican los vecinos unos a otros al cruzarse por la calle, y que afortunadamente aún es sagrado en poblaciones pequeñas como esta.

Ya en el interior de los bares, del mercado de abastos, de la farmacia o de la única oficina bancaria del municipio, la conversación entre los vecinos no puede ser otra que la segregación de este pueblo de su municipio matriz, Calañas, lograda después de muchos años de "lucha" el pasado martes.

Fue ese día cuando el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó la creación de ocho nuevos municipios en toda la comunidad autónoma, entre ellos los onubenses de La Zarza-Perrunal y Tharsis, este último de la localidad matriz de Alosno. La Consejería de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática, encargada de tramitar los expedientes de segregación, consideró que estos nuevos municipios andaluces cuentan con una "amplia experiencia de gestión" como Entidades Locales Autónomas -La Zarza lo es desde el año 1993 y Tharsis desde 1987-, además de "cumplir con todos los requisitos que marca la legislación andaluza de autonomía local".

Tal fue la alegría de la mayoría de los vecinos de ambas localidades -la 80 y 81 de la provincia onubense- que muchos no dudaron en salir a la calle a festejarlo por todo lo alto. En la plaza del Minero de La Zarza-Perrunal se descorcharon botellas de champán, concentrándose allí unas 50 personas; mientras que en Tharsis esta cifra se elevó hasta las 400, las cuales también brindaron con champán a las puertas del Ayuntamiento.

La Zarza-Perrunal cuenta con 1.302 habitantes (INE 2017), y tiene una superficie 44,71 kilómetros cuadrados, un tercio del término municipal de Calañas, del que se encuentra a 7,7 kilómetros.

Según relata a Huelva Información su alcalde, Juan Manuel Serrano (PSOE), la lucha por la segregación de esta Entidad Local Autónoma se inició en febrero de 1962, cuando en plena dictadura franquista un grupo de "valientes" zarzeños firmaron la primera petición formal de segregación dirigida al Ayuntamiento de Calañas. Un documento que suscribieron 212 vecinos, entre ellos el entonces alcalde José Luis Serrano -padre del actual-, el cura Leopoldo Alés, así como maestros y otras personas influyentes del pueblo, entre ellas responsables de la Compañía Minera de Tharsis, que entonces explotaba la mina local.

De esta forma "hemos logrado lo que veníamos demandando desde hace años, y de forma totalmente pacífica, porque vecinos de derechas e izquierdas, de todos los partidos, han apostado de forma unánime por la segregación". Y es que según prosigue, "aquí la gente nunca se ha sentido de Calañas porque nuestro sentimiento es minero". Sobre la gestión del nuevo municipio, el alcalde afirma que "ya tenemos mucho trabajo adelantado porque hemos ido asumiendo competencias a lo largo de los últimos años".

José Antonio Ponce , camarero de bar Casa Santos, a pesar de manifestarse totalmente a favor de la segregación añade que "lo peor es que ahora vamos a tener que pagar más impuestos". No obstante, prosigue, "mi sentimiento identitario es más fuerte que eso porque en el fondo no me siento de Calañas". Además ahora el Ayuntamiento "va a disponer de más dinero para hacer más cosas". Ponce también subraya las disputas políticas que se generan cuando en Calañas gobierna el Partido Popular y en La Zarza el Partido Socialista. Algo que "a partir de ahora no va a volver a suceder".

Por su parte Juana Isabel Díaz , auxiliar de ayuda a domicilio, no oculta su satisfacción: "Es que hace ya muchos años que no queríamos depender de Calañas y que pedíamos que el dinero llegara aquí directamente, sin pasar por otros". Díaz asegura que "en general las relaciones entre vecinos de ambos pueblos son muy cordiales", lo que "sí es verdad es que en el caso de los servicios públicos nos sentíamos discriminados". En definitiva, concluyó, "esto es bueno para el pueblo porque se van a crear más puestos de trabajo y porque vamos a tener más servicios, y más cercanos, aunque el camino a partir de ahora será lento".

María Bernabé, que ha vivido siempre en La Zarza, donde nació hace ya casi 94 años, irrumpe en la conversación para decir "qué coño, siempre todo para Calañas". Añade que "al menos lo he podido vivir, no como mis hermanos, que ya han muerto todos, o mi marido, que era minero y que falleció hace más de 21 años".

En el Casino Minero las conversaciones de los parroquianos, entre jugada y jugada del dominó o de cartas, también giran en torno a la reciente segregación.

En una de las mesas Alejandro Ruiz, maestro jubilado de La Zarza, y el exminero natural del Perrunal Manuel Rodríguez coinciden en señalar las bondades que la segregación traerá al pueblo. "Es estupendo para ambas poblaciones porque cada pueblo tiene derecho a ser dueño de su destino" Ruiz hace hincapié en que "en lo personal entre los vecinos de ambos pueblos no hay ningún problema".

El contrapunto lo pone Manuel Rodríguez, que a pesar de manifestarse a favor de la segregación, añade: "Estamos en democracia, y creo que esta decisión no la deberían haber tomado solo los políticos y debería haberse convocado previamente un referéndum".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios