Un total de 30 jóvenes andaluces y de otras comunidades autónomas, así como de países como Francia, Alemania, Turquía, Italia o Serbia, con edades comprendidas entre los 18 y 30 años, participan hasta el próximo 15 de agosto en el campo Internacional de Trabajo 'Por los senderos de Omar Ibn Hafsun' puesto en marcha en el municipio malagueño de Cañete la Real por el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ).

La alcaldesa de la localidad, Josefa Jurado, y la coordinadora provincial del IAJ de Málaga, Alicia Murillo, han asistido a la inauguración de este campo de trabajo, que contribuye eficazmente a potenciar el turismo cultural y, por ende, el desarrollo económico de la localidad.  

De esta forma, los voluntarios se encargarán, principalmente, de elaborar planimetrías arqueológicas en los yacimientos trogloditas mozárabes, acondicionamiento y limpieza del entorno del yacimiento, rehabilitación de las sendas históricas del municipio, actividades de cartografía, etcétera.

  Al mismo tiempo, disfrutarán de otras actividades consistentes en  trabajo fotográfico y documental, diseño de rutas senderistas, actividades física y deportivas como escalada, rápel, espeleología, orientación, así como talleres de artesanía, pintura, expresión y actividades nocturnas.

  Concretamente, los campos de trabajo consisten en un particular servicio de voluntariado en el que un grupo de jóvenes realiza un proyecto de trabajo que revierte en beneficio de la comunidad. Además de la actividad principal, incluye un elenco de actividades lúdicas para dar a conocer el entorno y los rasgos de la región.

Papel Activo

Murillo ha destacado que con este campo de trabajo se busca potenciar el papel activo de los jóvenes en la recuperación, conservación y difusión del patrimonio histórico, concienciándolos en la necesidad de preservación de los recursos naturales y el respeto hacia el entorno que les rodea.

Según ha explicado, el programa de campos de trabajo del IAJ supone una forma distinta de pasar una parte de las vacaciones, realizando tareas útiles y disfrutando de una convivencia entre jóvenes de distintos ámbitos y nacionalidades.

Esto permite, a su vez, un intercambio de conocimientos y de costumbres entre los voluntarios, reforzándose así los valores grupales de solidaridad, tolerancia y amistad entre los jóvenes participantes.