Un nuevo perfil

Residentes desmotivados y exhaustos por las guardias

Los expertos en el conocido como síndrome de ‘burn out’ están detectando la aparición de síntomas preocupantes de desgaste en médicos residentes desmotivados desde el momento que pisan el hospital y comprueban que no van a poder realizar el trabajo para el que se han estado preparando durante años. Puri Gacto, MIR en cirugía del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, confirma este cansancio y asegura que hay muchos compañeros que dejan la residencia para trabajar en centros de reconocimiento de conductores, donde no se exige la especialidad, o se preparan oposiciones para docentes. Ella está en su cuarto año y es muy consciente de que uno de los principales motivos de este abandono son las retribuciones económicas. ”En los dos primeros años todo te parece bien pero luego te das cuenta de que te pasas la vida superocupada, trabajando y estudiando, y 1.500 o 2.000 euros al mes es muy poco”, comenta. Este sueldo incluye las guardias de 24 horas que dan derecho a una mañana de descanso que, según Gacto, casi nadie disfruta “ante la presión de que te digan que si no te quedas no aprendes”. Esta residente es también delegada de la asociación de MIR andaluces que, después de muchas movilizaciones, consiguieron el año pasado una mejora de las condiciones laborales que son similares a las de otras comunidades autónomas. “Pero no es sólo el salario, también la mala educación de muchos usuarios, que generan situaciones violentas y mucho estrés, pues te tienes que enfrentar a algunos”, explica convencida de que sólo con vocación e ilusión, como la que ella tiene, se pueden superar “los palos”. Existen numerosos estudios, que no siempre coinciden. No obstante, parece claro que estos cuadros de desgaste, que no son exclusivos de los médicos sino de todo el personal sanitario, se dan en médicos con 10 ó 15 años de ejercicio y también durante los primeros 5 años de oficio. En los primeros la causa está en el agotamiento que propicia las muchas horas de trabajo acumuladas y, en el segundo, en la frustración de un joven licenciado idealista que comprueba que las expectativas con las que accedió a la profesión no se cumplen. Bartolomé de la Fuente, médico especialista en adicciones que trata a colegas enfermos en el Colegio de Médicos de Córdoba, asegura que el estado civil también influye, pues el síndrome del burn out se suele dar más en solteros que no cuentan con una estructura familiar en la que descargar tareas fuera del hospital. En esta línea, aunque tradicionalmente se daban más casos en hombres, este fenómeno se detecta ahora cada vez más en mujeres, pues la profesión se ha feminizado mucho en los últimos años y éstas siguen teniendo más dificultades para conciliar la vida laboral y familiar. A medida que baja el salario del profesional aparecen más síntomas, que  son más frecuentes entre los trabajadores de urgencias, los cirujanos, traumatólogos y anestesistas. Y en personas con un excesivo compromiso con su profesión que trabajan hasta enfermar.

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