Salud y Bienestar

Estímulos perceptivos reducen el miedo a la consulta del dentista

  • El avance de las técnicas dirigidas a la conservación de las piezas dentales, el desarrollo de anestesias contra el dolor y la mejora de la comunicación entre médico y paciente permiten que la visita al dentista sea más agradable

60%

El miedo es un síntoma frecuente en las personas que acuden a la consulta del dentista pues automáticamente la relaciona con dolor, nerviosismo y molestia. Las inyecciones, los olores fuertes, los objetos en la boca, la sensación de inmovilidad, incluso, que regañe el doctor por los malos hábitos de higiene oral son algunos de los temores que suman en el pensamiento del paciente. Sin embargo, en estas últimas décadas el avance en las técnicas de salud bucodental dirigidas a la conservación, el desarrollo de las anestesias contra el dolor y la mejora en la comunicación del médico al paciente con el fin de que éste se sienta más informado hacen que acudir a la consulta del dentista sea más agradable.

Diego Ortega, odontólogo, explica, "las clínicas están adaptadas para crear un ambiente confortable que mitigue el miedo". En ese sentido, la consulta trabaja con el estimulo de los distintos sentidos: utiliza un hilo musical relajante, las turbinas de los aparatos introducidos en la boca son menos estridentes, los olores de los líquidos más suaves, e incluso, existen salas de espera adaptadas a los niños. "Un elemento tranquilizador es la comunicación que se establezca entre el dentista y el paciente. Antes el paciente se dejaba hacer sin saber realmente que intervención realizaban en su boca. En cambio, hoy existen paneles informativos para el usuario, y cámaras intraorales con las que puede ver sus caries. Sentirse más informado da mayor sensación de control", dice Diego. Según Purificación Varela, tesorera de la Sociedad Española de Odontología Conservadora (SEOC), entre un 50 y un 60% de los españoles acude regularmente a la consulta del dentista, es decir, al menos tiene una o dos revisiones anuales para prevenir caries y patologías, y el 40% restante sólo acude cuando existe un dolor insoportable y puede desarrollar una patología por el descuido.

El desarrollo de las anestesias, y la dirección de un tratamiento principalmente conservador y no de extracción de las piezas dentales son, junto al ambiente perceptivo de la consulta, responsables de que poco a poco se vaya perdiendo el miedo a visitar al dentista.

Si bien la posición de los dientes es uno de los elementos que influye en la salud bucodental, quien se somete a un tratamiento, "lo hace principalmente por una cuestión estética y no tanto funcional", aprecia Diego Sánchez. Marta Tafur tiene ortodoncia fija con brackets desde marzo de 2009, y expone, "decidí llevarlos por una cuestión estética, no por necesidad médica. Realmente mi sonrisa era algo que me apetecía perfeccionar y siempre había tenido en mente la posibilidad de llevar aparatos algún día. No me importa estar un año y medio con ellos porque es una especie de inversión a medio plazo, el sacrificio ahora merece la pena después". Aparte de las consecuencias sobre el estado nutricional, una mala salud dental también puede afectar de manera negativa a la capacidad de comunicación y a la autoestima.

"Los que acuden con más seguridad a una consulta con el odontólogo son los más jóvenes ya que ellos no tienen experiencias traumáticas previas", señala Purificación. Según la doctora, a partir de los cuatro años un niño que tiene sus dientes primarios ya puede tener su primera revisión. Pablo tiene 4 años y desde que acude al colegio se lava solo los dientes al menos tres veces al día. Su padre, Juan Antonio, describe, "él es el menor de cuatro hermanos, y todos desde que eran pequeños se han educado en el hábito del cuidado de sus dientes". En este sentido, la especialista indica que "la educación en higiene bucodental en niños es clave para la prevención de caries y patologías".

En los problemas de salud bucodental están presentes factores endógenos o genéticos , como las características del esmalte, algunas enfermedades, avitaminosis, dieta desequilibrada, defectos de implantación y otros exógenos como presencia excesiva de azúcares , bacterias bucales , sobre los que es muy fácil incidir con los autocuidados. Las afecciones bucales, y en especial las caries y las alteraciones periodontales representan uno de los principales problemas sanitarios en la sociedad española. El 40% de la población española mayor de 45 años padece periodontitis, una enfermedad que afecta a los tejidos que sujetan los dientes (hueso, ligamento y encía), de etiología infecciosa. En los últimos años ha habido una reducción en la incidencia de caries en la mayoría de los países europeos. Un aumento de la higiene bucal, incluyendo un cepillado diario y el uso del hilo dental para quitar la placa, así como el uso de pasta de dientes con flúor, combinado con revisiones dentales periódicas, parece ser los responsables de la mejora. "Intento ser bastante rigurosa con la higiene bucal, me cepillo los dientes sin falta después de cada comida y utilizo microcepillos para acceder a todas partes. Antes de llevar la ortodoncia solía ir a revisión dental cada 6 meses, ahora cada mes o cada dos meses", narra Marta. Además ella evita alimento azucarados o bebidas como el café que dañan el esmalte. Los productos buenos para los dientes se producen usando ingredientes para endulzar que no pueden ser fermentados por las bacterias de la boca. En esta categoría entran edulcorantes intensos como sacarina, ciclamato, acesulfamo-K y aspartamo, y los sustitutos del azúcar como isomalt, sorbitol y xylitol.

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