Salud y Bienestar

Fáciles medidas antes y durante un viaje lo hacen más saludable

  • Dependiendo del lugar de origen, el motivo del desplazamiento, el tipo de tarea a desarrollar y las características del viajero será necesario o no vacunarse antes, pero en todos es aconsejable seguir pautas higiénicas durante la estancia

En los últimos años se ha producido un incremento en el número de personas que viajan al extranjero aumentando con rapidez los trayectos realizados a países exóticos. Tomar medidas preventivas antes, durante y después del viaje siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud facilita que la ruta elegida para las vacaciones o por trabajo además de provechosa sea saludable.

Para conocer las medidas preventivas que el viajero tiene que adoptar y la situación sanitaria del país de destino, antes de iniciar el viaje debe informarse en uno de los Centros de Vacunación Internacional distribuidos por todo el territorio español. Según Mónica Mayoral, médico en uno de estos centros situado en Sevilla, "hacemos las recomendaciones sanitarias de forma individualizada teniendo en cuenta el país, la zona que se visita, la época del año y la duración, el tipo de viaje así como las características del viajero. Es un servicio del Ministerio de Sanidad y Consumo totalmente gratuito".

Mari Paz Bello y Cristina Moral son compañeras de clase en la universidad y ambas han viajado a Perú en proyectos de cooperación relacionados con los medios de comunicación y la educación. Ambas, un mes y medio antes de viajar, se vacunaron de hepatitis A y de fiebre amarilla. Algunas vacunaciones están sometidas a reglamentación internacional, es decir, son obligatorias pudiendo ser exigidas por las autoridades locales del país que se visita. "En este sentido varios países de África, Sudamérica y Asia piden al viajero un Certificado Internacional de Vacunación contra la fiebre amarilla que esté emitido por un centro autorizado", explica la doctora. Otras vacunas son recomendadas y son una ayuda muy importante en la prevención de enfermedades infecciosas como cólera, fiebre tifoidea, hepatitis A, hepatitis B, poliomielitis, rabia y tétanos.

Durante el viaje, si la opción de transporte es el desplazamiento en avión, con el fin de evitar el jet-lag, Pilar Luque, comercial de exportación, describe, "siempre que son viajes con un cambio horario considerable pongo mi reloj desde España a la hora de destino. Programo las comidas a la nueva hora independientemente del horario que estén dando en el avión. No consumo nada de alcohol, bebo mucha agua y en las escalas me refresco y aseo cara y manos". Ella viaja frecuentemente por los cinco continentes y ha vivido tres años fuera de España, en las próximas semanas se desplazará a Nueva York y a Israel. "No creo que haya que ir con miedo a enfermar a ningún sitio simplemente porque sea un lugar desconocido, simplemente tener en cuenta aspectos básicos como evitar comidas fuertes en especias o salsas ya que el cuerpo puede no estar habituado, informarse si el agua es potable, protegerse del sol, cuidarse de los mosquitos, etc.", dice. En esta dirección, para prevenir el paludismo o malaria, una enfermedad muy extendida que afecta a prácticamente todos los países tropicales, y a la que está expuesta el 40% de la población mundial, los viajeros deben protegerse contra la picadura de los mosquitos y tomar la quimioprofilaxis adecuada.

Del mismo modo, y con el fin de prevenir cualquier infección se aconseja al viajero evitar los baños en cursos de agua, canales o lagos que puedan estar infectadas por larvas que penetran en la piel y provocan enfermedades; y no entrar en contacto con cualquier tipo de animales, incluidos los domésticos, pues pueden no estar controlados sanitariamente. En las relaciones sexuales el medio más eficaz de evitar la transmisión de estas enfermedades sigue siendo el uso del preservativo. El VIH sida y la hepatitis B, han aumentado en los últimos años y existen prácticamente en todos los países del mundo.

Javier Rodríguez, director de cine malagueño, ha estado por placer y por trabajo en Portugal, Andorra, Marruecos, Francia, Irlanda, Bélgica, Suiza, Italia, Dinamarca, Eslovenia. Rusia, Inglaterra, Suecia, Estados Unidos, Cuba, Brasil, Bolivia, Perú, Argentina y Paraguay. "Residí un mes en la ciudad de El Alto, una de las más pobres de toda Sudamérica, dando clases en un taller de documentales. Esta ciudad está situada a más de 4200 metros sobre el nivel del mar, por lo que nada más aterrizar empiezas a sufrir el denominado mal de altura: estás cansado continuamente, en cuanto haces un poco de esfuerzo, como subir una escalera, acabas sofocado y con dificultades para respirar. Los lugareños para combatirlo suelen tomar hoja de coca mascada", expone el joven quien continúa: "en esta misma ciudad, con un hambre de mil demonios, fui poco prudente y me comí un trozo de pollo en un puesto de carretera que estaba frito en un aceite de colores indescriptibles. Estuve vomitando y con diarrea una semana entera". Uno de los aspectos clave durante la estancia es tener cuidado con lo que se come. La diarrea es la enfermedad más frecuente en los viajes internacionales. La mejor forma de protegerse es seleccionar y preparar con cuidado los alimentosn (un buen aspecto no garantiza que un alimento sea seguro) y bebidas. Teniendo presente que el agua es un importante transmisor de enfermedades infecciosas, es recomendable beber sólo agua que ofrezca suficientes garantías o agua embotellada. Así como no tomar bebidas con cubitos de hielo.

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