David Noguera / Presidente de Médicos Sin Fronteras

“Hace falta un plan excepcional para armonizar el acceso a las patentes”

  • El presidente en España de Médicos Sin Fronteras analiza el desastroso impacto del Covid-19 en otras emergencias y el reto inmediato de lograr maximizar el acceso a la fabricación y distribución de vacunas

  • Casi todos los lugares donde trabajan registran ya más mortalidad infantil y tienen más casos de malnutrición que antes de la pandemia

David Noguera es el presidente de esta organización no gubernamental desde 2016.

David Noguera es el presidente de esta organización no gubernamental desde 2016. / M.G.

–¿Cuál es su análisis de la situación global de la pandemia?

–Ahora tenemos un primer mundo a la salida del túnel. En pocas semanas estaremos viviendo con cierta normalidad. La problemática Covid se va a trasladar a los países del sur. Las cifras de mortalidad en la India son dos o tres veces las oficiales. Hay estudios matemáticos de exceso de mortalidad general de entre 6.000 y 20.000 fallecimientos al día. O por ejemplo Perú, que ha actualizado sus cifras que han pasado de 60.000 muertos oficiales a 150.000. Podemos haber alcanzado los tres millones de muertos a nivel global.

–¿Cómo ven sobre el terreno el impacto de la pandemia más allá del alcance del Covid?

–Sabemos por nuestra lucha contra el ébola que, en muchos contextos, la mortalidad indirecta es más alta que la mortalidad directa. En el ébola vimos que la gente moría por el colapso del sistema, al no poder acceder a los recursos sanitarios. Ahora tenemos cifras de 110.000 sanitarios muertos por Covid. Esto en algunos lugares es demoledor. Todos los indicadores macro humanitarios, como la cobertura vacunal de otras enfermedades (sarampión, difteria, etc..) han bajado, las cifras de malnutrición han aumentado, la atención prenatal y de planificación familiar ha disminuido. El Programa de Nutrición Mundial dice que es posible que la malnutrición en África se doble.

–¿En qué medida ha afectado la situación a la labor que hacéis?

–El 70% de nuestros equipos sobre el terreno tienen transmisión comunitaria de Covid. El 70% ya tienen menos personal del necesario porque los trabajadores se están poniendo enfermos o han fallecido. El 70% de estos proyectos ya registran más mortalidad infantil y tienen más casos de malnutrición que antes. En términos de lucha contra la malaria, una de las patologías más mortales, hay un retroceso de 20 años. Se han parado actividades esenciales como la distribución de mosquiteras. Un descenso de la asistencia del 10% a consultas prenatales a nivel global son 15 millones de embarazos no planificados.

"En términos de lucha contra la malaria, la pandemia ha provocado un retroceso de 20 años”

–¿Sigue siendo posible lograr una exención de patentes de las vacunas Covid?

–La exención de patentes es algo que MSF apoya pero que han promovido más de 65 países, todos del sur. El bloqueo es de los del norte o su mayoría. El argumento de que una medida así frenaría la innovación es un reflejo evidente de este sesgo norte-sur. Sabemos que la liberación de patentes no es la solución de oro ni definitiva, pero esto nos lleva a hacer reflexiones a medio y largo plazo de cuáles son los incentivos de la industria farmacéutica y la gobernanza para encontrar un mejor balance entre economía y salud. Celebramos la gesta científica de haber logrado varias vacunas válidas, pero necesitamos repensar a corto y a largo plazo.

–¿Cuál es su propuesta?

–Establecer qué mecanismos extraordinarios vamos a habilitar para que la fabricación, producción y distribución de las vacunas se lleve a su máximo potencial. Y que esa distribución se realice más por criterios de salud pública. No es una solución mágica ni una petición que abanderemos nosotros. Es llamativo que Europa, antes garante de los derechos humanos, sea una de las instituciones que con más vehemencia se ha opuesto a este discurso.

–¿Antes que la salud pública siempre prima el criterio económico?

"Todos los indicadores humanitarios, como la vacunación de otras patologías, han bajado”

–Las emergencias sanitarias son muy políticas. Es lógico que los estados tengan una mirada corta en salud global, pero la situación es excepcional. Lamento la falta de liderazgos inspiradores. Se echan de menos líderes con una visión y un discurso global, pero esto es parte de la ecuación en todas las emergencias. España en ese sentido ha sido un gobierno en el que hemos echado de menos esa sensibilidad.

–¿Ha faltado transparencia en las negociaciones entre la industria y los gobiernos?

–Entendemos que los gobiernos clasifiquen información sensible por seguridad nacional. No entiendo, no como médico sino como ciudadano, que estos acuerdos sean secretos. Es importante saber qué incentivos y cuáles son las concesiones que se han hecho en el reparto de vacunas.

–Harían falta medidas muy intervencionistas.

–El mismo esfuerzo y herramientas que han utilizado para paralizar tantos sectores, como la aeronáutica o el turismo, se podría utilizar para armonizar ese acceso a las patentes y proponerle a la industria un plan absolutamente extraordinario para ver cómo se maximiza al máximo la fabricación de vacunas y compensarles. El descenso del PIB en Asia provocará millones de nuevos pobres extremos. Como presidente de MSF me cuesta asumir que en los próximos 18 meses tendré a mis equipos respondiendo a situaciones absolutamente extraordinarias por algo que hoy sabemos que es prevenible. Alguien me tiene que justificar muy bien que no se estén haciendo todos los esfuerzos para vacunar cuanto antes a la población mundial, por ética y moral, pero también por gestión de riesgos de nuevas variantes y porque el mundo está convulsionando. Si no nos damos cuenta de eso es que no hemos aprendido nada de esta pandemia.

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