Pandemia

Las medidas más críticas

  • Un estudio cuestiona la idoneidad de la interrupción de tratamientos oncológicos que los expertos recomendaron al inicio de la pandemia

  • La incidencia por Covid-19 en pacientes que recibieron su terapia en los hospitales fue muy baja

Una usuaria conectada a uno de los dispositivos de la Unidad de Tratamiento  Ambulatorio .

Una usuaria conectada a uno de los dispositivos de la Unidad de Tratamiento Ambulatorio . / Archivo

El desconcierto y la necesidad de tomar medidas urgentes hicieron que durante los dos primeros meses de confinamiento estricto y estado de alarma se tomaran decisiones sin precedente alguno en el ámbito sanitario. Estas decisiones transformaron radicalmente la asistencia y en muchos aspectos se orientaron a grupos de riesgo como los pacientes con cáncer. Las sociedades científicas implicadas en el abordaje de la enfermedad fueron lanzando recomendaciones que en muchos casos aconsejaban retrasar o suspender el tratamiento activo en estos pacientes durante la pandemia. Aludían a ciertos grados de inmunosupresión que provocan muchos tipos de cáncer o al efecto de los tratamientos que también pueden provocar una inmunosupresión transitoria.

Ahora, un estudio andaluz ha analizado la incidencia del Covid en estos pacientes y ha concluido  que se dio una baja incidencia de infección por Covid-19 en pacientes con cáncer que recibieron tratamiento activo en un entorno ambulatorio. El trabajo ha sido coordinado por Celia Martín-Bravo, del Servicio de Oncología del Hospital Costa del Sol de Málaga, y en él han colaborado profesionales del Hospital San Cecilio de Granada y del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima).    

Los autores creen que las recomendaciones lanzadas inicialmente se basaron en pequeños estudios retrospectivos llevados a cabo en China, en los que se describió una mayor morbilidad y mortalidad en pacientes con cáncer que desarrollaron infección por Sars-CoV-2. Los datos sobre esta  infección en pacientes con diagnóstico de cáncer en tratamiento activo son escasos y se desconocía, o se desconoce, si estas recomendaciones podrían repercutir en la evolución futura de la enfermedad.

El principal objetivo de la investigación, publicada en Public Health Emergency COVID-19 Initiative ha sido conocer la tasa de incidencia de Covid-19 en aquellos pacientes que siguieron desplazándose para recibir tratamiento. El estudio incluyó un total de 673 pacientes. El 64% eran mujeres y la edad media era de 62 años. Del total de participantes, el cáncer de mama fue el la neoplasia más común, seguido del cáncer colorrectal y el cáncer de pulmón. La mitad de los pacientes tenían metástasis. El tratamiento administrado con mayor frecuencia fue la quimioterapia, que recibió el 53,9% de los pacientes, seguida de la hormonoterapia combinada con otras terapias (23,7%), la radioterapia (11,6%) y la inmunoterapia (10,5%). El 30,3% de los casos recibió terapia dirigida. El tratamiento se retrasó o suspendió como consecuencia de la pandemia en el 6% de los pacientes. Hasta ahora las información con la que contaban los investigadores indicaba que la mortalidad en pacientes con cáncer es más alta que en pacientes sin cáncer con un rango entre el 11,4% y el 42,2% dependiendo de la cohorte analizada.

Los autores citan varios factores que podrían explicar estas tasas más bajas de infección, como el hecho de que solo se evaluó a pacientes sintomáticos, la menor incidencia de comorbilidades entre estos pacientes o la edad más joven de nuestra cohorte. Aunque no todos los estudios informan del tipo de tratamiento del cáncer y cuándo se recibe, parece que su administración no está directamente relacionada con un aumento de la mortalidad por Covid, aunque lamentablemente los estudios son heterogéneos y es difícil sacar conclusiones de ellos. “Además, el retraso o suspensión del tratamiento del cáncer como medida sugerida por las principales sociedades científicas puede tener un efecto deletéreo en la progresión de la enfermedad en nuestros pacientes, aspecto que aún no ha sido abordado en ningún estudio publicado hasta la fecha”, explican los investigadores.

Por tanto, la incidencia de Covid-19 en pacientes con cáncer que reciben tratamiento activo puede ser baja, aunque la información publicada sugiere que la tasa de mortalidad entre los pacientes con cáncer que se infectan es alta. “A pesar de las limitaciones de nuestro análisis, creemos que nuestros resultados plantean dudas en cuanto a la posibilidad de generalizar las recomendaciones existentes”, señalan en las conclusiones de su trabajo ya que, en su opinión, “no parecen ser aplicables a todos los escenarios” y creen que “esto debe abordarse rápidamente”.

Pasado un año, han sido varias las sociedades científicas que han expuesto “la influencia que el virus está teniendo en los pacientes oncológicos cuyas consecuencias se notarán durante años y se reflejarán de forma muy dramática en la mortalidad en los próximos años", como explicó recientemente la RED-C, una alianza formada por 14 sociedades científicas y organizaciones sanitarias vinculadas por la lucha contra el cáncer .

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