Dermatología El Grupo Español de Fotobiología cumple 20 años

La fototerapia se consolida como una opción clínica costoeficiente

  • Las sesiones de radiación ultravioleta, bajo la supervisión de dermatólogos expertos y manejo por parte de personal enfermero entrenado, se afianzan como una herramienta útil en un amplio arco de patologías

La luz, especialmente la de origen solar, juega un papel importante en la investigación orientada al tratamiento de problemas dermatológicos. Aprovechar en el ámbito clínico los beneficios de la radiación procedente del sol pero minimizando sus efectos perniciosos en lo posible es el objetivo de la comunidad científica dedicada a este campo terapéutico, cuya existencia se conoce desde hace miles de años, aunque su adscripción a la ciencia experimental tiene apenas un siglo. Hoy, la fototerapia es una opción terapéutica consolidada en la dermatología.

Los primeros ensayos clínicos con fototerapia basada en radición ultravioleta B de banda estrecha datan de 1988. Justo en ese año, nace el Grupo Español de Fotobiología (GEF). Veinte años después, este puñado de estudiosos de la relación entre la luz y la biología de los problemas dermatológicos ha consolidado en España la fototerapia como una herramienta clínica esencial en esta disciplina médica.

En el GEF participan expertos de diversos centros sanitarios y otros ámbitos profesionales de Andalucía, Madrid, Cataluña, Valencia, País Vasco, Galicia, Murcia y Castilla y León.

El Departamento de Dermatología del Hospital Virgen Macarena es uno de los que ha apostado con más fuerza en la comunidad andaluza por la fototerapia. Ana María Carrizosa, dermatóloga y miembro del GEF, es la responsable del programa de fototerapia en este hospital universitario sevillano y explica que "todavía nos queda mucho camino por recorrer". "A pesar de que la evidencia científica sobre la fototerapia es muy sólida, y cada vez lo es más, -dice Carrizosa- aún es poco conocida en general y poco utilizada por la comunidad clínica".

Precisamente, la variabilidad de la cartera de servicios de los centros hospitalarios españoles en este ámbito es un obstáculo para la formación de los dermatólogos en este campo. "En nuestro departamento, los residentes que llegan sí reciben formación en fototerapia. Pero no ocurre así en otros centros, con lo que es posible que los médicos que han recibido esa formación en su programa de especialización, luego no puedan recurrir a la fototerapia, porque en su lugar de trabajo no existe esa oferta en la cartera de servicios", resalta esta dermatóloga del Macarena.

La fototerapia se ocupa de un arco muy amplio de patologías dermatológicas, algunas de ellas muy comunes y de gravedad diversa. "En general -explica la doctora Carrizosa-, existe un abanico de dermatosis que son objetivo terapéutico de estas técnicas de abordaje clínico. Puede decirse que la fototerapia es tratamiento de primera línea para la psoriasis, linfomas cutáneos, o vitíligo". Además, según esta experta, "como opción de segunda línea, cuando otros tratamientos han fallado, la fototerapia se utiliza prácticamente en todas las afecciones dermatológicas de cierta gravedad". Un ejemplo de este último grupo de patologías es el de la dermatitis atópica, tan común en la actualidad.

La comunicación con otras ciencias es importante para los expertos en fototerapia, que entienden la necesidad de contar con un enfoque integral. De hecho, el GEF se define como un grupo de trabajo multidisciplinar, compuesto por profesionales del mundo de la medicina, físicos, químicos, meteorólogos, biólogos, farmacéuticos, y ópticos, dispuestos a intercambiar conocimientos de todo aquello que tenga que ver con el mundo de la fotobiología.

La Unidad de Fototerapia del Hospital Universitario Virgen Macarena es la única de la provincia de Sevilla. En el resto de la comunidad autónoma andaluza hay equipos especializados, con la correspondiente dotación tecnológica, al menos en uno de los grandes hospitales de Córdoba, Granada y Málaga. Para Ana María Carrizosa, no es suficiente. "La fototerapia no es un lujo, es una prestación que tiene mucho sentido en el sistema sanitario público. Fundamentalmente por motivos asistenciales, ya que una adecuada planificación de los recursos permitirá beneficiarse a toda la población de avances tecnológicos que aportan realmente beneficios en términos terapéuticos y de calidad de vida". Asimismo, habría razones de costoeficiencia que hablarían en favor de la fototerapia en la sanidad pública: "Es una alternativa, en determinados casos, a los medicamentos biológicos, que suponen un coste elevado; en otras situaciones, es un complemento a esas opciones terapéuticas. En cualquiera de estos dos supuestos descritos, la fototerapia es un claro factor de ahorro para el sistema".

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