Tribuna

Antonio León, jefe de la Unidad de Análisis Clínicos del Complejo Hospitalario de Huelva

Una gran oportunidad

El autor aboga por renovar la estructura de los servicios sanitarios integrando los dispositivos, los niveles asistenciales y los servicios sociales, con una gestión más horizontal.

El pasado día 17 de junio se anunció la composición del nuevo gobierno de la Junta de Andalucía, así como la decisión de la Presidenta de reforzar el papel de la Salud en el consejo de gobierno recién nombrado. Una de las primeras decisiones que se han anunciado ha sido en el anteproyecto de ley de Garantías y Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA). Estas decisiones suponen un paso adelante muy importante en la defensa del sistema público de salud. Y en ese sentido, constituyen una gran oportunidad que los profesionales sanitarios y los ciudadanos no podemos desaprovechar.

Durante la anterior legislatura se han abordado cambios importantes que deberían consolidarse en este nuevo tiempo que ahora comienza. La unificación de los centros hospitalarios y de las áreas sanitarias ha supuesto un hito sin precedentes en el SNS. Este hecho, unido a la apuesta decidida por la gestión clínica, debería constituir el punto de partida de un proceso profundo de transformación del SSPA que aseguren una asistencia sanitaria de calidad y a la vez, garantice la sostenibilidad del sistema de acuerdo a los valores y los principios de equidad y universalidad que hoy lo conforman.

Es necesario, por tanto, que en el periodo que ahora se inicia, se aborde de una forma decidida la reforma del SSPA, y que necesariamente debería implicar el desarrollo de un proyecto asistencial renovado, acorde a los retos y desafíos que el sistema sanitario tiene planteados en estos momentos, y que tienen que ver, con una demanda creciente de servicios sanitarios mucho más complejos y especializados. Pero no nos engañemos, los déficits son más estructurales que de financiación. El sistema sanitario precisa de una transformación profunda que incremente la productividad. Esta transformación pasa necesariamente por abordar una modificación de la estructura de los servicios sanitarios basada en una mayor integración entre los dispositivos, los diferentes niveles asistenciales y los servicios sociales, y todo ello, soportado en un liderazgo clínico y de gestión mucho más horizontal. Andalucía necesita un proyecto clínico moderno que sea atractivo La pérdida de conocimiento que conlleva la descapitalización del sistema constituye, junto con la falta de financiación, la mayor amenaza para la calidad del sistema sanitario público.

Somos los profesionales sanitarios los que tenemos que liderar este proyecto de transformación y, a través de este liderazgo profesional, reclamar ante los dirigentes políticos y la sociedad los cambios que el sistema precisa. Es verdad que este proceso no es fácil y que para que sea eficaz debe ir acompañado de medidas a todos los niveles. Por ello, es fundamental que nuestros responsables políticos se impliquen de forma decidida en este proceso y estén dispuestos a asumir el desgaste que un cambio de esta naturaleza implica.

Es el momento de que todos (equipos directivos, profesionales sanitarios, agentes sociales, sociedad civil, etcétera) nos pongamos a trabajar para no perder la oportunidad que supone el inicio de este nuevo tiempo para dar el impulso modernizador que la Sanidad Andaluza necesita. La crisis económica nos tiene demasiado ocupados con cuestiones economicistas pero es urgente que recuperemos la iniciativa en planificación y política sanitaria.

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