Salud y Bienestar

Las reacciones adversas a la vacuna de la gripe no se consideran graves

  • El temor a este tipo de efectos es un motivo frecuente por el que los trabajadores de la Sanidad deciden no vacunarse.

El temor a las reacciones adversas constituye un motivo frecuente por el que los trabajadores sanitarios deciden no vacunarse de la gripe. La profilaxis del personal sanitario es una de las piezas clave de los programas de vacunación visto el número de contagios que suelen tener lugar en los hospitales. Con los objetivos de conocer la frecuencia de este tipo de efectos colaterales y sus factores asociados, un grupo de investigadores del Hospital Universitario de Salamanca y del Hospital de Alicante realizó un estudio tras la administración de las vacunas antigripales en la temporada 2009-2010 y que ha visto la luz recientemente en la Revista Española de Salud Pública.

El estudio, coordinado por José Sánchez-Payá, del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Alicante, concluye que "las vacunas de la gripe estacional y del nuevo virus influenza (H1N1) son seguras; la frecuencia de las reacciones adversas de esta última vacuna fue alta, sobre todo si la vacuna utilizada contenía adyuvante". En cualquier caso, los autores del trabajo señalan que "ninguna de las reacciones adversas detectadas ha sido grave", por lo que "el personal sanitario no puede justificar su rechazo a la vacunación por temor a sufrir reacciones".

Los investigadores consideran su aportación relevante, ya que existen pocos estudios españoles de estas características. Analizaron a trabajadores sanos y no sanos, que pertenecían a un grupo de edad de entre 18 y 70 años y en el que las mujeres embarazadas fueron vacunadas, hecho que hasta ahora ha sido escasamente evaluado en muestras pequeñas.

Vacunar a los trabajadores sanitario frente a la gripe se asocia, entre otras cosas, a una reducción de la mortalidad de los pacientes ancianos a los que atienden. Pese a ello, las coberturas vacunales alcanzadas oscilan entre un 5,8 y un 59%. Esta baja frecuencia de vacunación cobra especial importancia cuando se tiene en cuenta el hecho de que casi la quinta parte de los pacientes hospitalizados con gripe adquieren la misma en el hospital. "Entre las causas de la escasa adherencia se encuentra una confi anza excesiva en la resupuesta inmunitaria, dudas sobre la eficacia de la vacuna, falta de tiempo para vacunarse o el temor a las reacciones adversas", señalan.

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