Seguridad

La vacunación infantil raramente se asocia con el choque anafiláctico

  • Un estudio cifra en 12 de cada 100.000 los casos de reacciones alérgicas atribuibles a la inmunización.

Una de las más graves complicaciones médicas que se pueden sufrir, con un alto riesgo de muerte, es la anafilaxia. Es una reacción inmunitaria generalizada del organismo que se produce en diversas situaciones y por múltiples causas: consumo de alimentos específicos, medicamentos, picaduras de insectos y también vacunas.

Sin embargo, pese a los argumentos que se esgrimen en contra de la vacunación y que se basan en circunstancias como este posible peligro, un equipo de médicos británicos ha probado que los casos de shock anafiláctico -cuando las reacciones ponen en peligro inmediato la vida del paciente- asociados a la vacunación son "extremadamente raros". "Es muy importante vacunar a los niños. Pero también es fundamental que las vacunas sean seguras. Nuestro estudio muestra que las reacciones alérgicas severas a las vacunas son muy extrañas", asegura Mich Lajeunesse, autor del estudio e investigador del Hospital Universitario de Southampton, perteneciente al Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.

Como la anafilaxia es una reacción muy poco habitual, es difícil identificarla como un efecto secundario potencial de un nuevo tratamiento durante los ensayos clínicos. Los fabricantes dependen de los datos recogidos después de que el producto salga al mercado, por lo que son necesarios estudios como este. "Es el primer estudio de este tipo en Reino Unido e Irlanda", puntualiza Lajeunesse. "Los datos son muy tranquilizadores para el público general y los trabajadores de la salud", afirman los investigadores. "Pese a sus limitaciones, el pequeño número de casos reportados parecen ser una buena estimación de los datos de anafilaxia después de la vacunación".

En este periodo se documentaron 15 casos de ataques posteriores a la vacuna del sarampión simple, la del virus del papiloma humano , dos tipos de vacunas para la meningitis, una de la hepatitis A, una tifoidea y una de recuerdo (posiblemente del tétanos o la polio). Solo siete de esos 15 casos se podían confirmar como verdadera anafilaxia. Se estima que en esos años se vacunaron alrededor de 16.000 personas, por lo que la incidencia de anafilaxia es de 12 casos sobre 100.000.

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