Estamos en tiempo de solicitudes. Es el primer día de la mal llamada “nueva normalidad” (nueva sí, normal no es) y ya queremos volver a tener la vida de siempre, aunque nos falten actos. Se reconfiguran calendarios para un futuro incierto y, a pesar de la ausencia de la Feria y de esa espera a la Virgen del Carmen a la orilla del mar, lo que se pueda “telesolicitar” (hoy tenemos términos feos de sobra), bienvenido sea. Entre otras cosas ha llegado el tiempo de pedir condecoraciones, homenajes, reconocimientos… y a quienes hacen trofeos y placas hay que darles de comer, puesto que es economía local.

Sin embargo, pese a que es verano y Dickens lo escribió para plena Navidad, déjense llevar por el espectro que acompaña al avaro Scrooge para estar sin que nos vean. Bajemos juntos a la realidad.

En constante vela

Mientras se suceden las devoluciones de túnicas, varias cofradías mantienen campañas de recogida de alimentos entre sus hermanos para poder aportarlas a las obras sociales que las cofradías realizan. Salesianos puso en marcha el proyecto “Desayunos con Don Bosco” con el que, de manera voluntaria, los interesados apadrinarán a una familia para garantizarles la primera comida del día durante un mes. A ello añaden el Banco de Personas, una plataforma para ofrecer la colaboración desinteresada en las tareas profesionales de sus hermanos.

Otra de las posibilidades que las corporaciones nazarenas están dando va, de manera directa, a sus hermanos. Ante la ausencia de procesiones, muchas han ofrecido devolver el donativo de salida, aunque la merma de la subvención que aporta la Agrupación de Cofradías dificulte algunos proyectos ya paralizados. La solidaridad se manifiesta por muchos frentes, y estas manifestaciones son imprescindibles si nos llamamos cristianos.

Última llamada

Apenas quedan 10 días para que las hermandades malagueñas pongan al día sus estatutos y algunas corporaciones no tienen aún todo en regla para poder enviarlos. El confinamiento ha dificultado los procesos, especialmente entre los cabildos, pero hace un año apareció la nueva normativa. En la delegación diocesana se trabaja para tener lo antes posible los que ya están bajo su custodia. Muchas de las peticiones –las que no contravienen ninguna normativa- hechas por las hermandades son aceptadas y tenidas en cuenta. La idiosincrasia de las cofradías tiene sus matices siempre.