Semana Santa

La del Gran Perdón merece un esfuerzo

Bendita plaza

Bendita Plaza del Obispo que bendicen los jóvenes estudiantes cada Lunes Santo con su presencia; bendita plaza en la que el Rico Indulto de Jesús da la libertad a un preso; bendita plaza en la que el Dulce Nombre del Nazareno bendice de nuevo al pueblo malagueño, arrodillado o de pié porque se respira libertad en esta bendita plaza. Y el pastor, que además se llama Jesús y es nuevo en esta plaza, ensayará sobre esta nueva catequesis de la Pasión según Málaga. Tenemos que estar alegres no solo porque somos jóvenes, sino también porque tras la muerte Cristo vencerá con su resurrección. ¡Jesús! ¡Qué alegría de plaza!

La gran parada

Y al frente está la Catedral a la que muchos ya están hartos de llamarle "la manquita". Quince cofradías hacen estación dentro de la Catedral durante la Semana Santa. Ayer entraron cuatro y hoy lo harán tres. Los Estudiantes realizan su estación en la plaza. Y así sucesivamente. Fue una "conquista" que quince hermandades pudieran penetrar en el primer templo de Málaga. Luego, como en el amor, descubrieron que lo importante no era penetrar sino que al salir se sintiera uno mejor. Quiero decir "mejor de espíritu". La estación de penitencia no es el fin sino una parada para coger fuerzas y seguir caminando.

Sol de la pasión

En el imperio de la Pasión, con emperador o sin emperador, nunca se pone el sol. Tan es así, que Joaquín Orell -que Dios guarde muchos años y le de salud y suerte- iba para sombra y nos sorprendió a muchos cuando le vimos brillar con luz propia. A los archicofrades de la Pasión no les importa que una mano sepa lo que hace la otra y por eso es tan conocida la labor social que desarrollan tanto dentro (Cáritas, San Juan de Dios o Cotolengo) como fuera de nuestras fronteras (Caicara del Orinoco), aunque a algunos les pique esta realidad. Y de la procesión, ¿qué quieren que les diga de la procesión? Vayan y vean.

Elegante subida

A los buscadores de curiosidades del Lunes Santo les puede interesar que el Santísimo Cristo de la Crucifixión está clavado en la Cruz por las muñecas y no por las palmas de las manos, tal y como se presenta de manera habitual en la Semana Santa malagueña en la que tan sólo el Cristo del Perdón, de la Cofradía de los Dolores del Puente, presenta esta característica. A los buscadores de lugares de interés se les recomienda el paso de la Crucifixión por la ya famosa calle Carrión, la última que les conduce al templo. Su pronunciada pendiente convoca cada año a cientos de personas para presenciar el esfuerzo y elegancia con los que pasan ambos tronos. Sin duda, el paso por este enclave se ha convertido en una seña de identidad de la cofradía, sin olvidar la Estación Penitencial en la Santa Iglesia Catedral Basílica de Málaga o el paso por el recorrido oficial. Muy bueno el dossier informativo que nos han facilitado. Iré a que me lo firme el autor.

De la O mayúscula

"El manto es un homenaje de la Madre de Dios a Málaga", dijo Juan Rosén, el bordador. Eloy Téllez lo había diseñado. Por fin, María Santísima de O, titular de la Cofradía de la Columna, lucirá ya su manto bordado, una pieza en la que se han empleado dos años de trabajo. Era una de las asignaturas pendientes de la hermandad y yo digo que de la Málaga cofrade en general. Nos habíamos acostumbrado a verla salir con un manto liso, pero se merecía más.

Fenómeno cautivo

Ahora lo tengo más claro: la devoción popular hacia Jesús Cautivo no se transmite en la conversación de boca a oreja, de un hablante al de al lado, sino de boca a boca. Es decir: la devoción hacia Jesús Cautivo se propaga, se repite de una boca a otra, de una persona a otra, amplificándose, propagándose y popularizándose. Gracias, San Google, por haberme abierto los ojos para la comprensión de un fenómeno al que no pueden estar ajenos los 75 años de historia y de boca a boca que ahora conmemoramos. Melanie -creo que fue Melanie- se convirtió en cofrade -pese a ser extranjera y no haber estado nunca aquí- nada más ver un día el majestuoso caminar del Señor de Málaga.

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