Semana Santa

El Resucitado dignificó ayer su imagen y puso un buen cierre

  • La comisión, coordinada este año por la hermandad del Cautivo, llevó la procesión organizada y los tronos al fin limpios

La Semana Santa de Málaga echó ayer el telón de una forma digna, algo que en los últimos años sonaba utópico. Parte del mérito es de la hermandad del Cautivo, quien preside la comisión del Resucitado. También de la propia Agrupación, organizadora de la procesión, pues si se le señala cuando sale mal la cosa, como era habitual hasta ayer, también tiene su culpa cuando todo se hace con sentido. Igualmente, cada corporación agrupada puso de su parte. Salvo Mena, todas llegaron hasta San Julián en perfecto orden y cumpliendo horarios. Los cortes, descuelgues, estampidas generales y demás esperpentos del pasado año, son cosas del pasado. El Resucitado es otro.

En este contexto, el debate a pie de calle ayer era bien distinto al de años atrás, cuando sólo se hablaba de la desidia de una procesión que representa la esencia misma de la Semana Santa y que parecía no interesar a nadie. Así, con todo en perfecto estado de revista, desde los faroles de la cruz guía que portaban cera en lugar de la poco deseable parafina, hasta la banda de la Esperanza, que cerraba el cortejo tras de la Virgen, se hablaba de la pobre imagen del trono donde procesiona Jesús Resucitado.

Hubo algunos peros, aunque menores si se echa la mirada atrás, como la ausencia de pertiguero entre los cuerpos de acólitos de ambas secciones. También el abuso excesivo de marchas dedicadas a la Virgen de la Trinidad, aunque sea el Cautivo la responsable de la comisión del Resucitado. Pero los tronos fueron exquisitos de flores y al fin limpios. Parecía mentira que la orfebrería del trono de la Virgen brillase al sol. El Señor lució un monte de claveles rojos y piñas de rosas rojas. La Dolorosa, rosas en las jarras y rosas y lilium, en las ánforas. Todo en color blanco.

En un buen Domingo de Resurrección, ambos tronos derrocharon arte. Sus varales iban llenos hasta en el submarino, en este caso por integrantes de la Mesa de la Trinidad, que demostraron buen hacer. Sublime el Cristo con Alma de Dios llegando a Nosquera. Mejor con agrupación musical, tocó San Lorenzo Mártir. La Virgen giró con Virgen de las Penas y cruzó el dintel, igual que hiciera después el Cristo, con Rezo a tus pies, prueba del abuso de marchas trinitarias, cuando cada titular tiene las suyas. Sólo un mal menor para un buen cierre.

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