El domingo de pasión, conocido como el domingo de traslados ha llenado de cofrades las calles de la ciudad para acompañar a los Sagrados Titulares de nueve cofradías desde los templos hasta sus respectivas casas de hermandad.

El primer cortejo en salir ha sido el de la Sangre, que lo hizo desde la parroquia de San Felipe al finalizar la tradicional misa y Via Crucis. El pregonero de la Semana Santa, Javier González de Lara, como es de costumbre procesionó al crucificado, acompañado del presidente de la Agrupación, Pablo Atencia y otras personalidades. Minutos más tarde cruazaba el dintel de la parroquia le la Virgen de Consolación y Lágrimas, que pisó la calle después de dos años con su marcha procesional. Los sones musicales corrieron por parte de la banda de música de la Paz. 

La Piedad era la segunda cofradía que realizó su traslado en la jornada de la mañana. El barrio del Molinillo pudo volver a rezar a los pies del Santísima Virgen al ritmo de los sones de la banda de Zamarrilla. Un traslado muy arraigado, que como ya es tradición estuvo protagonizado por las mujeres bajo el varal del trono de traslado.

En la jornada de tarde, la hermandad de Gitanos fue la primera en abrir las puertas de la Parroquia de San Juan Evangelista. La cofradía salió de la parroquia con la marcha real. El centro de Málaga pasó del silencio a los "¡Viva el Señor de los Gitanos!" al paso de la hermandad. El nutrido cortejo de velas y bastones revivieron momentos muy emotivos en Pozos Dulces al cruce de la cofradía con el Huerto.

La cofradía de la Pollinica sorprendió a los malagueños con la salida de San Juan en unas andas independientes, precediendo al cortejo de velas de los titulares de la hermandad. La Agrupación Musical San Lorenzo Mártir acompañó musicalmente al cortejo con una cruceta musical muy cuidada.

En mitad de la vorágine del domingo de traslados, la cofradía del Huerto produce un vuelco. Un traslado que invitó al recogimiento y al silencio bajo los sones de una capilla musical Ntra. Señora de la Concepción y de la Caridad. Las andas salieron de San Julián hasta llegar a su casa hermandad con un paso muy cortito y cuidado. 

La entronización del Cristo de la Agonía fue uno de los momentos más sentimentales del domingo. Del murmullo del centro de la ciudad al silencio extremo del Oratorio de Santa María Reina. Con suma delicadeza el Señor fue colocado sobre su trono y solo una saeta del interior del oratorio rompió el silencio de la plaza.

En el caso de Fusionadas, fue la primera vez que la corporación realizó el traslado del Señor de Azotes y Columna, el Cristo de la Exaltación, la Virgen del Mayor Dolor y San Juan Evangelista en la tarde del domingo de pasión. La Banda de Cornetas y Tambores de Fusionadas abrió el cortejo y anunciando la llegada de traslado ante el numeroso público que había en la calle.

El barrio de Capuchinos es cofrade y como ejemplo de ello, fue las calles abarrotada de capuchineros esperando la salida del Prendimiento. El Señor junto a su madre del Gran Perdón bendijeron las calles del barrio a los sones de la Banda de Música de Ntra. Señora de la Soledad.