Entre bambalinas

Cautivos del ego

  • Septiembre marca el inicio de un nuevo curso cofrade en el que hay que remar al unísono

Nuestro Padre Jesús Cautivo.

Nuestro Padre Jesús Cautivo. / Marilú Báez (Málaga)

La llegada de septiembre marca el inicio de un nuevo curso. Las buenas intenciones y los retos que superar salen a relucir en estos días en los que el calor ya va remitiendo. Pero hay cosas que no cambian ni en los meses de septiembre en plena pandemia. Seguimos presos y cautivos de nuestro propio ego. Un ego que no nos permite ver más allá, que frena y que autodestruye.

Es una pena que se tenga que admitir, y es que al enemigo lo tenemos en casa. Somos nosotros mismos. Tenemos la oportunidad de resurgir, de hacerlo por todo lo alto y dando un golpe sobre la mesa gracias a la histórica efeméride que vivimos como es el centenario de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa. Al final hacemos difícil lo fácil, y lo que debería unir e ilusionar es objeto de debate y críticas por el “y yo qué”.

La comisión del centenario ha dado más detalles sobre la veneración ‘El verbo encarnado’ en la Catedral. Los sagrados titulares ya tienen su ubicación y un artista malagueño de referencia asignado que intervendrá en cada una de las peanas. Pero preferimos centrarnos en las diferencias, en el “y tú más”. Es cierto que no debe ser sencillo situar a unos sagrados titulares de tanto calado devocional en un espacio diferente a sus sedes canónicas durante un tiempo. También es cierto que se marcaron unas directrices para la participación en dicha veneración, y que ahora se modifican levemente, una vez aprobadas en las juntas y cabildos de las corporaciones. Pero construyamos, o al menos intentemos mejorar, no nos aniquilemos.

Es el momento de hacer historia, de conseguir que el amanecer del próximo 19 de septiembre sea el más bello de todos los que se recuerdan (si todo sigue su curso hasta la fecha), y de ilusionarnos después de mucho tiempo, y no queremos verlo. Sea Cautivo, Redentor, Amor, Milagros, Nazareno de Viñeros, Agonía, Misericordia o la Puente del Cedrón, es Él, por encima de todo. Y las diferencias no existen, aunque algunos se empeñen en crearlas. No hay una imagen protagonista en dicha veneración, son 13 devociones, cada una con su historia, su idiosincrasia y sus promesas. La diferencia reside en el corazón de cada uno, y ahí es donde debe permanecer.

Jesús Aguirre nos pidió esta semana “prudencia” a los cofrades, como si en todo este tiempo se hubiera demostrado falta de la misma, y el revuelo ante sus declaraciones fue menor, porque claro, es más importante centrarnos en si debemos montar tronos o si el espacio cedido a cada corporación cuenta con las mismas medidas y condiciones. Septiembre arranca y la actividad cofrade despierta, en algunos puntos más que en otros, y lo que no debería ser normal es empezar este nuevo curso con un alto nivel de hartazgo por los mismos debates de siempre que a tantos cansan. Rememos, pero todos a una. Se puede.

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