Entre bambalinas

Y al tercer día...

  • La decisión sobre realizar un culto externo o no, y la forma en la que se ejecuta, debe residir ya en las cofradías

Santísimo Cristo Resucitado.

Santísimo Cristo Resucitado. / Marilú Báez (Málaga)

Compromiso, solidaridad, responsabilidad y sentido común. Desde el primer día las hermandades y cofradías de Málaga han demostrado su firmeza y unión en los momentos más complicados. El 15 de marzo de 2020 todo sucedió como si de una pesadilla se tratase. Y parece que aún no nos hemos despertado. Desde nuestros hogares muchos tuvimos durante horas la mirada perdida por las ventanas y balcones, intentando aclarar todo lo que estaba pasando.

Firmeza, fraternidad, caridad y resignación. No quedaba otra. El segundo día las cofradías se echaron a la calle, no en procesión ni con sus sagrados titulares. Pero sí caminaron esos hermanos que repartían mascarillas por las calles de su barrio, sí que se reunieron por vía telemática todas las juntas de gobierno para continuar trabajando y aparcar los proyectos patrimoniales para volcarse en obras sociales. La capacidad de adaptación de los cofrades fue total y absoluta, y nadie pensaba en procesionar aún, era lo de menos. Había que estar al pie del cañón, y se consiguió. A día de hoy prosigue esa labor, tal vez más callada, pero igual de primordial.

Y al tercer día resucitó la vuelta ciclista a España, al igual que los partidos de fútbol en el estadio de La Rosaleda, los conciertos y otras muchas actividades, pero para el culto público por las calles de la ciudad parece que no es el momento todavía. Pero sí lo es, por supuesto. Ahora es cuando las corporaciones de Penitencia y de Gloria, las entidades que las engloban y las autoridades públicas de la ciudad se tienen que plantar, y hacerlo con todo. Porque para la semana de la feria sí que se han organizado eventos musicales, gastronómicos y taurinos para favorecer al tejido empresarial y hostelero de la ciudad. ¿Hace falta recordar la cantidad de puestos de trabajo que reportan las cofradías con sus proyectos y sus procesiones?

Quizás ese haya sido también parte del problema. Nunca se han pedido explicaciones de manera pública a los que deben ejercer sus responsabilidad en los cargos que ocupan. Las autoridades cambian las normativas cada 15 días en función de las cifras de contagios y hospitalizados. El decreto que determina la suspensión de las procesiones y del culto externo lleva vigente 227 días. Con sus mismos puntos y sus mismas comas.

Los cofrades han sido testigos esta semana por las diferentes redes sociales de cómo en otras ciudades ya se está avanzando por buscar una solución y una alternativa. La suspensión era necesaria, ahora hay que empezar a retomar. Y son las cofradías las que deben decidir si salir a la calle o no, y de qué manera lo hacen. Porque también están en la sociedad, forman parte de ella, la realidad no les es ajena y no van a llevar a cabo ningún acto que sea imprudente. El tercer día ha llegado y a las cofradías de la ciudad no se les deja resucitar. Y es muy injusto.

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