LAS medias tintas nunca fueron buenas y ayer pudo salir rana la cosa por querer porfiar en lugar de dar un paso valiente al frente como hoy hará el Rocío, ahora verán. La configuración del Lunes Santo podría cambiar en años venideros, aunque su base se ha mantenido estable en los últimos años. Así, en la actualidad hay dos debates abiertos, uno es el posible cambio de orden en la entrada a la Catedral entre Crucifixión y Pasión, que está bastante avanzado, y el otro es el eterno dilema del Cautivo, que quiere otra hora pero saben que su única solución será ponerse la primera de la tarde, aunque tampoco está tan claro que ésto sea viable. En foros internos hablan de tensar la cuerda con la amenaza incluso de desagruparse si no consiguen una reestructuración horaria del día, pero no llegará la sangre al río, o quizá sí. Como sea, el debate existe y está en la calle. El medio paso lo dio ayer Crucifixión, queda saber si darán el otro medio y cuándo.

Para entrar a la hora de Pasión en la Catedral, Crucifixión debe hacer su estación de penitencia en el primer templo de la Diócesis antes de pasar por el recorrido oficial. Ayer cambió su itinerario para probar el nuevo entorno que pisarían y plásticamente, ganó. Lució arropada bajando hacia la Plaza del Carbón, bonita en Molina Lario, con encanto por la Plaza del Obispo y coqueta por Strachan y Torre de Sandoval. Este recorrido es un acierto, mejora con creces la fría Carretería, donde esta corporación sencillamente no luce, siempre ha sido un mero trámite para llegar a la Alameda. Pero ayer los horarios estaban muy ajustados en la Plaza del Carbón, pues Pasión se dirigía por el mismo camino a la Catedral. He aquí el motivo del cambio. Tan ajustada estaba la cosa que aún cumpliendo los horarios, Crucifixión generó retraso a Pasión. Pero la jornada no se resintió.

Un amplio cortejo de nazarenos morados salían de los Santos Mártires, pero se vieron frenados un cuarto de hora en Santa Lucía. Estaba pasando la Virgen del Mayor Dolor por la Plaza del Carbón y la cruz guía de Pasión no podía avanzar. El Amor Doloroso ni siquiera había podido salir del templo. Pero estos cofrades recuperaron el tiempo perdido (menos mal, sino Estudiantes también se hubiese visto afectada) y no se generó retraso en el recorrido oficial. Fue la anécdota de la jornada y la intrahistoria que dará que hablar hasta el próximo Lunes Santo. ¿Llegará el otro medio pasito?

cambio de imagen

Pero el Lunes Santo ofreció tres imágenes renovadas, que por orden cronológico de aparición fueron la estampa del trono de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, que poco a poco se va completando y pinta cada vez mejor, buen trabajo el del taller de Ramón Orovio de la Torre; la renovada estampa del Nazareno de Pasión con la nueva imagen de Simón de Cirene que ha tallado Darío Fernández Parra y, por supuesto, la Virgen de Gracia y Esperanza con su nuevo acompañamiento musical. Espectacular la banda de Julián Cerdán. Los de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) debutaron ayer en la Semana Santa de Málaga y la mejor noticia sería verlos más por estos lares.

Crucifixión avanza firme, pero ni más ni menos que en la línea de otros años. En este sentido, hay expectación por ver novedades en el trono del Señor con su grupo escultórico. Ayer cambió su exorno floral por un monte de claveles en una extraña tonalidad malva. Con este Cristo se estrenó este año en Málaga la banda de cornetas y tambores de Lágrimas de San Pedro, que se ha desvinculado del Dulce Nombre y este año se ha quedado sin tocar en la capital el Domingo de Ramos. Volverá a hacerlo el Jueves Santo detrás del Cristo de los Milagros, que se estrenará con cornetas. Ayer aportaron una especie de gastadores de gala junto al banderín de la banda.

El nuevo Cirineo de Pasión aportó nuevos diálogos con el Nazareno. A pie de calle también dio que hablar. Artísticamente mejora al anterior, Fernández Parra se ha inspirado en el modelo de Ortega Bru, por lo que la sintonía entre ambas imágenes es mayor. Sin embargo, hay quien dijo que resta protagonismo al Nazareno por su gran tamaño y quien puso en duda la naturalidad de su movimiento. Pero, sin duda, la estampa mejoró. Por lo demás, pocas objeciones se pueden señalar de esta corporación. Quizá algunas marchas algo alegres en la cruceta de la Virgen. Pasión presentó ayer dos nuevos estandartes, de singulares líneas, que enriquecen su puesta en escena, que puede tildarse como una de las mejores estampas nazarenas de Málaga.

buenos cortejos

Pero Lunes Santo en general aporta buenos cortejos de un tiempo a esta parte. Poco que decir de Dolores del Puente. Muchos nazarenos, más de dos centenares por sección, y de calidad. También en el top ten. Pero aquí hay que hablar de Estudiantes, ayer pusieron en la calle casi un millar de penitentes, un poco más que el pasado año. Llegará el salto cualitativo también, pero la estampa con filas de tres por la calle Císter y Molina Lario es incomparable. Los de Crucifixión fueron bastante firmes todo el camino; Gitanos, ordenados al menos hasta el recorrido oficial; y Cautivo, también numerosos.

Entre las estampas de la jornada hubo contrastes singulares de gran sabor. A algunos de los citados, añadir el paso de Gitanos por Carretería. Es de las cofradías que luce en esta calle, especialmente por el respaldo que tienen del pueblo calé tras su Moreno. La salida de Dolores del Puente es otro clásico. Siempre igual pero distinta. Cristo del Perdón (J. F. Jurado) para salir los nazarenos, este año el Cristo salió con una nueva marcha dedicada, Plegarias al Cristo del Perdón (F. J. Moreno), y la Virgen con Dolorosa del Puente (Desiderio Artola) y Aquella Virgen (Manuel Gómez de Arribas). Todo iba rodado pero a media tarde se abrió el debate de la inestabilidad meteorológica. La junta de gobierno del Cautivo incluso se reunió para ver si salían, pues barajaban partes de agua a partir de las dos de la madrugada. Al cierre de esta edición el tiempo era estable y miles de promesas caminaban tras el Señor de Málaga. El día este año no había comenzado al alba, pero un loco volvió a cautivar a cientos de corazones, éstas son cosas que nunca cambian.