Semana Santa

Un prólogo con altibajos

  • El Sábado de Pasión siguió la estela del Viernes de Dolores y es el mejor cierre a la apertura de la Semana Santa.

El Sábado de Pasión siguió la estela del Viernes de Dolores y es el mejor cierre a la apertura de la Semana Santa. Cierto que resuena una hermandad sobre el resto, Humildad y Paciencia, pero también es cierto la riqueza de procesionar que aporta el cortejo de Desamparados, que se le ha tachado en alguna ocasión de extraño pero con mucho gusto. Además la jornada deja patente la entrega de dos barrios a las procesiones de San Andrés y Llagas y Columna, ésta última con retirada antes de tiempo y no a causa el tiempo.

La Cofradía de Humildad y Paciencia demuestra cada año que está más hecha que el anterior. Y no es solo por la gente que conforma la hermandad, público o patrimonio, sino por las sensaciones que transmite cuando pisa la calle. Una cofradía hecha y derecha, incluso más digna que algunas agrupadas. ¿Es tiempo de que toquen en la puerta de la Agrupación? Ellos decidirán cuándo.

La hermandad se puso en la calle a las 16:00. El hermano mayor de la corporación, Rafael González, aclaró que tomaron la decisión después de conocer los últimos partes meteorológicos ya que, a media tarde, la probabilidad de lluvia bajaba.

Una de las principales novedades se enmarcó en el apartado musical. El Señor de la Humildad y Paciencia estuvo acompañado por la banda de cornetas y tambores de la Esperanza. La unión parece adecuada. Puede ser el comienzo de una bonita amistad. La cruceta estuvo compuesta por marchas de corte clásico y también alegres lo que le imprimía unos cambios de ritmo acertados al trono. Y no era para menos puesto que la amenaza de lluvia estaba en el cielo. Además se trata del primer año de esta combinación y hay que afinar oídos y el paso de los portadores. El Señor hizo la curva para entrar en la calle La Unión con Cristo del Amor (A. Escámez), vía en la que sonaron Ante la cruz de nuestros pecados (A. Zumaquero) y Tu cruz sobre mi hombro.

El Señor y el grupo escultórico iba sobre un risco con flores silvestres bordeado con espino. El suelo que rodeaba a la imagen de Humildad y Paciencia presentó elementos pasionistas, como el cáliz, la clámide o un casco de un soldado.

Por su parte, la Virgen de los Dolores y Esperanza llevó un frontal a base de liliums y rosas blancas, piñas y centros de rosas blancas y moldurones de claveles blancos. La concejala Teresa Porras fue la encargada de dar los primeros toques de campana. Tras la Virgen fue la banda de música de la Esperanza con un repertorio muy acertado. En el interior de la casa hermandad el trono caminó con Virgen del Valle (Gómez Zarzuela). La salida a la plaza fue con María Santísima de los Dolores y Esperanza (S. Bueno). Le siguió Esperanza (Marvizón) y María Santísima del Amparo (José A. Molero). A su llegada a la casa hermandad de la Expiración se interpretó Coronación de los Dolores (P. Artola) y Salve marinera al llegar al Carmen. Ya en calle Eslava cayó algunas gotas lo que hizo acelerar el paso.

Llagas y Columna

La procesión de Llagas y Columna salió a las 16:25, un poco más tarde debido a la lluvia. El Señor, colocado sobre una peana de orfebrería, salió con Oración, interpretada por la agrupación musical de San Lorenzo Mártir. Una vez más, el barrio de Miraflores de los Ángeles arropó a la procesión, que estaba más hecha con un cuerpo de nazarenos bien organizados, en torno a los 80. Abrió la banda de cornetas y tambores de la Victoria que interpretó La Sangre, Medea y Mi oración.

El trono no estaba completo de portadores ya que eran perceptibles los huecos vacíos. Una vez que la comitiva llegó a la avenida Nuestra Señora de los Clarines se decidió acortar el recorrido. Algunos dijeron que era por la inestabilidad meteorológica. Otras fuentes consultadas por este medio explicaron que era debido al posible cansancio que podría surgir por la falta de portadores, lo que precipitó la decisión de reducir el itinerario, algo acertado porque el cortejo iba a entrar en una zona con subidas y bajadas. Lo cierto es que se vivieron escenas de arrope y clamor popular. Personas del público se metieron en el submarino y en los puestos de interior del trono. Cuando las andas regresó a su tinglao, decidieron continuar unos metros más hasta llegar a la capilla que da cobijo durante todo el año al Señor de Llagas y Columnas. La llegada se celebró con un pulso.

La procesión de Nuestra Señora de los Desamparados está llena de significado. Son de corte serio y dan otro prisma a este día. El cortejo lo formaron unos 70 nazarenos que vistieron su túnica negra. No llevan esparto pero sí cíngulo rojo. Las manos no están desnudas, llevan guantes negros. La comitiva estuvo compactada en todo momento. La imagen que talló Juan Vega estrenó una saya negra y una ráfaga. La banda de música de la Arunda tocó Calvario (Alonso) a la salida. También sonaron Alma de la Trinidad (E. García), Cristo en la Alcazaba (F. Morón) o la Marcha fúnebre de Chopin.

La imagen iba muy bien enlutada, con una saya y manto negras. Estrenaba ráfaga que realzaba a la Dolorosa. Las marías de la candelería -velas de la última fila- estaban selladas con imágenes de santos pasionistas: Santa Gema de Galvani, San Pablo de la Cruz, Santa María Goretti, San Vicente María Strambi, San Gabriel de la Dolorosa y San Carlos Ihub. Asimismo, las velas de los faroles de cola tenían las imágenes de San Ciriaco y Santa Paula, patronos de Málaga.

Ya, en el barrio de San Andrés se vivieron estampas típicas. Jesús de los Niños y la Virgen del Mar recorrieron las calles. No faltaron los pulsos y las saetas. Eso sí, con micrófono para que todo el mundo la pudiera escuchar. La banda de cornetas del Nazareno de Almogía abrió el cortejo. Tras el Señor fue la banda de música de La Pepa de Alhaurín el Grande y la banda de música del Nazareno de Almogía tras la Virgen. Ahora empieza la Pasión. Toca mirar al cielo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios