Una actuación de urgencia sobre una joya poco conocida. La Comisión Provincial de Patrimonio ha aprobado este miércoles la realización de una intervención de urgencia sobre las yeserías que decoran la antigua sala de profundis del convento dominico de San Pablo, y que actualmente es el despacho parroquial de la Magdalena. Han sido unos recientes despredimientos los que han dado la voz de alarma sobre el estado de conservación de esta bella decoración del siglo XVII que se debe, según los expertos, a Francisco Herrera El Viejo.

La Comisión Provincial de Patrimonio, en la sesión celebrada este miércoles bajo la presidencia de la delegada territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico, Susana Cayuelas, analizó un total de 12 expedientes de interés para la conservación del patrimonio cultural y artístico, de los cuales siete correspondían a Sevilla y cinco a la provincia, concretamente a las poblaciones de Estepa, Los Molares, Marchena, Osuna y Valencina de la Concepción.

En el caso de la Magdalena, la Comisión de Patrimonio, como dio a conocer en una nota, informó favorablemente sobre las tareas de inspección del soporte de las yeserías que decoran el techo del actual despacho parroquial. Los resultados que se obtengan de este análisis serán plasmados posteriormente en la correspondiente memoria explicativa a presentar, que determinará las siguientes intervenciones a acometer en esta joya decorativa, que ha sido protegida por una red de seguridad para evitar más desprendimientos.

Las yeserías antes de ser protegidas.

La parroquia de la Magdalena, como recordó patrimonio, fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1970, y pasó a tener la consideración de Bien de Interés Cultural en 1985 quedando inscrita como tal en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía. Se trata de un inmueble que cuenta con nivel de protección “A, Monumental” en el Conjunto Histórico de Sevilla.

La actuación que se plantea busca intervenir de forma cautelar y urgente sobre las yeserías que decoran esta antigua estancia conventual y cuya factura se debe, según Antonio Martínez Ripoll, a Francisco Herrera El Viejo. Este experto llegó a esta conclusión tras estudiar y comparar estas yeserías con las del convento franciscano de San Buenaventura y San Hermenegildo, en la Plaza de la Concordia. Se da la circunstancia de que se trataría de una obra realizada prácticamente un siglo antes de que Leonardo de Figueroa construyera el actual templo parroquial, consagrado en 1724, pero se sabe que el célebre arquitecto aprovechó y conservó algunas estancias y zonas, como sería este caso. Martínez Ripoll fecha la factura entre 1626 y 1627.

Otro de los desperfectos localizados.

Según se recoge en el informe enviado a la Comisión de Patrimonio, redactado por Miguel Ángel López, arquitecto de la parroquia, el objeto de la intervención es desmontar una o varias de las tarjas que se encuentra prácticamente desprendidas, según fuese necesario, para acceder al interior de la estructura de soporte de las yeserías para comprobar su estado y solidez.

A través de ese acceso, utilizando una cámara endoscópica, se podrá visualizar el interior de la cámara y evaluar el estado de los elementos de sujeción. “No existe otra vía más fácil de acceso a la cámara en cuestión, ya que los muros y elementos estructurales y escaleras que defienden la dependencia son de grandes dimensiones y su trepanación es complicada y puede suponer un peligro mayor para las yeserías”, subraya el informe. Las inspecciones se realizarán por personal técnico especializado en ente tipo de restauraciones con titulación de licenciado en Bella Artes y especialidad en restauración.

Las yeserías del despacho parroquial de la Magdalena.

Los estudios y análisis también serán de utilidad para evaluar las medidas provisionales que haya que poner en marcha para garantizar su integridad y seguridad. Con la intervención, además, se obtendrá más información sobre la datación y autoría de las yeserías. La parroquia está buscando la financiación necesaria para cuando haya que acometer la restauración integral de esta joya.