Un Stuttgart afectado por malos resultados y temeroso de perder todos los trenes de la temporada afronta esta noche el partido contra el Sevilla por la tercera jornada de la Liga de Campeones europea con la imperiosa necesidad de ganar.

Tras perder el Stuttgart el pasado fin de semana en casa por 1-2 ante el Schalke 04, el conjunto dirigido por Markus Babbel se encuentra "inmerso en la lucha contra el descenso a Segunda División", como constató el entrenador, que tiene como balance en el torneo local apenas dos triunfos en nueve jornadas. Los últimos tres partidos que disputó como local fueron derrotas.

Y en la Champions League las cosas no le van mejor. Apenas dos empates contra el Rangers también en casa y el Unirea Urcizeni en Bucarest es un saldo flojo para seguir soñando con viajar en el gran fútbol continental.

"Estamos viviendo una pesadilla", reconoce Babbel, festejado como salvador la temporada pasada pero ahora en el foco de las críticas. Una derrota contra el Sevilla y empezará a tambalearse con fuerza en su puesto. Además, el ex jugador alemán intuye peligro en su rival de hoy: "Nos viene bien no ser los favoritos", dice, y añade: "Espero a un rival muy fuerte que pertenece a la clase superior de los equipos europeos".

Sobre la marcha, Babbel empezó a cambiar su sistema de juego, y ahora, en vez de jugar con dos tapones delante de la línea de cuatro, apuesta por colocar un rombo en el mediocampo, en el que el bielorruso Hleb se puede mover con mayor libertad y asumir más responsabilidades en la creación del juego. "El sistema anterior demostró que no era efectivo, no había creatividad y teníamos un agujero enorme en el mediocampo", es el análisis de Hleb, en el que recaen ahora las expectativas de mejora.

El ex sevillista Boulahrouz admite que el rival es de cuidado. "El plantel está repleto de jugadores fuera de lo común, de un nivel excepcional, juegan rápido, tienen un fútbol ofensivo de alto nivel técnico". El año pasado, el Stuttgart perdió contra el equipo de Manuel Jiménez por 2-0, en Nervión, durante la liguilla de la Copa UEFA. "Y este año son más fuertes todavía", advierte Boulahrouz.