De este martes no debería pasar que el Sevilla anuncie que el Milan se hace con los servicios de Bacca por el precio de su cláusula de rescisión, es decir, 30 millones de euros. El club rossonero se puso en contacto este lunes con el blanquirrojo para anunciarle que estaba dispuesto a pagar esa cantidad para fichar al goleador sevillista. Y la cúpula ejecutiva del club no ha tenido otra que resignarse y aceptar la operación. El Sevilla tampoco quiere forzar la situación y obligar al jugador a depositar la cláusula de rescisión en la sede de la LFP, como sí hizo con Kondogbia o Fazio, no así con Keita o Sergio Ramos. Entre otras cosas porque la cifra es muy elevada y la carga fiscal repercutiría más de esta forma en las tres partes. Además, sigue pendiente la negociación por Rami, el primer elegido, todavía, para el puesto de central.

La operación es de mucha envergadura y lleva su proceso burocrático. Pero no tiene marcha atrás. Monchi comunicó la llamada que recibió desde Milán a Castro y se puso en marcha la maquinaria para acceder a la venta obligada por 30 millones de euros. El club, según ha podido saber este periódico, intentó convencer a Bacca a última hora con una nueva mejora de contrato, después de la que le realizó al principio de la pasada temporada para equiparar el rendimiento del jugador con sus emolumentos. Pero el futbolista ya estaba decidido y las palabras del agente diciendo que es imposible que el Sevilla alcance lo que le ofrece a Bacca el Milan ratifican que su salida era la única solución posible. Aun así, en el Sevilla han acogido con desagrado tener que deshacerse de uno de los futbolistas señalados como pilares de la columna vertebral del equipo.

Así pues, a falta de la oficialidad, Bacca ya es historia en el Sevilla. Dejará 30 millones, después de costar siete, y 49 goles en dos temporadas muy fructíferas, con dos títulos europeos y una clasificación para la Champions. Su participación decisiva en la final de Varsovia también ha sido determinante a la hora de que un club de primerísimo nivel como el Milan haya apostado por él. Y ahora, el club se apresta a buscarle un sustituto de garantías.

Y lo primero que tiene que hacer la dirección deportiva es consensuar con el cuerpo técnico, concretamente con Unai Emery, el perfil del delantero que necesita el equipo para cubrir la vacante del colombiano. "Hay rumores de que se podría ir al Milan y si pagan la cláusula de rescisión, no podremos hacer nada, sólo agradecerle lo que ha hecho por el Sevilla", comentó este lunes Emery durante un acto en Fuenterrabía. "Estamos acostumbrados a situaciones de este tipo y lo solucionaremos. El Sevilla tendrá un equipo competitivo la próxima temporada", garantizó.

La salida de Bacca les ha cambiado el paso a Monchi y Emery. Para la nueva plantilla estaba prevista la llegada de un atacante, pero no de un delantero centro. Y ahora, los técnicos deben meditar con tranquilidad qué perfil quieren.

Uno de los factores principales será definir el nuevo rol en el equipo de Gameiro, que ha estado a la sombra de Bacca estas dos temporadas, aunque ha presentado un mejor promedio de goles por minutos. El francés anotó 38 en 93 partidos y 4.618 minutos, es decir, un gol cada 121 minutos; y Bacca, 49 en 108 partidos y 6.975 minutos, o sea, un gol cada 142 minutos.

Ahora, Gameiro deberá tener más protagonismo, aunque el Sevilla le buscará un competidor que garantice rendimiento, un goleador contrastado cuyo perfil responderá a la elección que haga Emery de su nuevo ataque. El abanico de posibilidades es amplio, desde el futbolista fuerte y con buen juego aéreo y de espaldas, al delantero de área o el atacante dinámico y versátil. Monchi ya tenía un listado de opciones para el tercer delantero, y del consenso con Emery dependerá cómo queda definido el nuevo ataque para rastrear el mercado e intentar acertar no sólo con el sustituto de Bacca, sino con esa tercera pieza que complete el puzle.