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Cigarini, a relanzarse en Sevilla

  • El Sevilla concreta la cesión del medio del Nápoles · Confianza en que retome su gran progresión tras un año de altibajos

A falta del reconocimiento médico y de la firma de los contratos, Luca Cigarini ya se puede considerar jugador del Sevilla, al menos por un año, que podrían prorrogarse cuatro más si convence en Nervión y es ejercida la opción de compra. El acuerdo entre el Sevilla y el Nápoles para su cesión terminó de ultimarse ayer, después de que Monchi progresara en las negociaciones durante su viaje a Bérgamo, donde estuvo acompañando al equipo y se vio con el representante del jugador. Y ayer se produjo durante toda la tarde el intercambio de documentos entre el club hispalense y el partenopeo. La dirección deportiva se decanta definitivamente por un medio centro joven, de 24 años, cuya eclosión sufrió un parón el curso pasado, coincidiendo con la llegada al Nápoles del técnico Walter Mazzarri.

Hoy está previsto que aterrice en Sevilla a mediodía para pasar los reconocimientos médicos y firmar su nuevo contrato, una vez que se termine de concretar la negociación con el Nápoles para su cesión, que le costará al Sevilla unos 450.000 euros, con una opción de compra que podría llegar a los 7,5 millones de euros, incluyendo distintos bonus, según fuentes italianas. Al Nápoles le costó el futbolista 11 millones de euros el verano pasado, que tuvo que repartir entre los copropietarios de su ficha, Parma, su club de origen, y Atalanta, donde explotó en 2008 junto a Guarente, con quien se reencontrará en Sevilla.

Su representante ya avanzó durante la tarde de ayer que el acuerdo estaba prácticamente cerrado: "Luca está feliz por ir a jugar al Sevilla. En el club azzurro desafortunadamente no tenía sitio", dijo en Italia.

Nacido en Montecchio el 20 de junio de 1986, Luca Cigarini (1,75 metros) tuvo un buen inicio en San Paolo de la mano de Roberto Donadoni, pero perdió algo de protagonismo cuando lo sustituyó en el banquillo Walter Mazzarri, en octubre. Debutó en la Serie A italiana con el Parma con 19 años, en 2005, y se hizo un sitio relevante en el fútbol italiano en la campaña 2007-08, de la mano de Claudio Ranieri. Tras su paso por el Atalanta, que pagó 5 millones por su copropiedad en 2008, terminó de explotar como una figura emergente del Calcio.

Ese verano, los secretarios técnicos del club hispalense ya lo pudieron seguir durante el Torneo de promesas de Toulon. Entonces ya era un habitual de la azzurra sub 21, y despuntó como un futbolista llamado a darle el relevo generacional a Pirlo, debido a su clase como medio centro creativo. Destaca por su visión de juego y por sus asistencias de gol, y además tiene un buen disparo a puerta con ambas piernas: es diestro, pero conduce y lanza con las dos.

Monchi y los miembros de su secretaría técnica tienen muchísima confianza en que Cigarini relance su prometedor inicio de carrera en el Sevilla, tras un año en San Paolo marcado por los altibajos que ha tenido debido a que Mazzarri se decantó por un fútbol más aguerrido que requería más sacrificio que clase en la medular.

Con este refuerzo, el Sevilla varía la política de los últimos años, en los que los grandes desembolsos, salvo en el caso de Zokora, distaron de tener un reflejo óptimo en el terreno de juego. La fórmula de la cesión con opción de compra es más conservadora, en sintonía con los tiempos de crisis que corren. Pero eso no es óbice para que Cigarini demuestre en el año de préstamo pactado que puede tener un largo futuro como sevillista, ya que firmaría por cuatro temporadas más.

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