El Sevilla-Espanyol del pasado domingo, que terminó 3-2, deparó un dato inédito en la historia de la Liga, ya que fue el primer partido desde 1929 en el que los cuatro porteros intervinientes, los sevillistas Beto y Sergio Rico y los espanyolistas Casilla y Pau López, encajaron al menos un gol, según un dato que primero reveló el programa Radioestadio de Onda Cero.

De hecho, había sólo dos precedentes en la historia de la Liga en los que los dos equipos cambiaron de guardameta en el transcurso del encuentro y el primero de ellos fue, curiosamente, también en el Ramón Sánchez-Pizjuán, durante un derbi Sevilla-Betis, ganado por los béticos por 1-2. Aquel 8 de octubre de 1961, el sevillista Mut se lesionó en el minuto 53 y hubo de sustituirlo Manolín, mientras que el verdiblanco Pepín también había abandonado el campo por problemas físicos en el minuto 39 y fue suplido por Otero, el único de los cuatro que se mantuvo imbatido ese día.

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En el Rayo Vallecano-Osasuna de la temporada 1989-90 (1-0), también actuaron cuatro arqueros aunque en distintas circunstancias, ya que el encuentro fue suspendido con el rayista Villalvilla y el osasunista Roberto -el único que encajó un gol- en las porterías y se reanudó dos meses después con Férez y Unanua. En el Sevilla-Espanyol de esta pasada jornada, el meta portugués Beto encajó el 0-1 de penalti al cuarto de hora de juego antes de dejarle, por lesión, su puesto en el descanso a Sergio Rico, al que le marcaron el 2-2 en el minuto 77.

Por parte visitante, el cancerbero titular, Kiko Casilla, recibió los dos primeros goles del Sevilla y fue expulsado en el minuto 40 por tocar el balón con la mano fuera de su área, por lo que entró su joven compañero Pau López, en sustitución de Salva Sevilla, quien encajó en el último minuto el 3-2 definitivo.