Sevilla-espanyol · Informe técnico

Lo bueno y lo malo de las transferencias

  • La combinación de sistemas no cerró un buen plan

Más allá del mayor o menor acierto (el equipo de Emery enumeró muchas más ocasiones que el jueves, con dos postes y una milagrosa parada de Casilla), plantear dos partidos distintos ante un mismo rival con sólo cuatro días de diferencia obliga a un ejercicio de estudio importante, tanto del equipo contrario como del propio.

El Sevilla apostó por otro plan y, en el cómputo global, funcionó, pero el manejo y el control de la situación con superioridad (numérica y en el marcador) no fue buena por mala ejecución de las transferencias entre sistemas.

Como muchos equipos, el Sevilla, sobre todo con Kolodziejczak, se ordena de diferente manera cuando tiene el balón que cuando defiende y esos cambios que los jugadores deben realizar de acuerdo con diferentes indicadores, por lo que quiera que sea, no funcionaron correctamente, generando un espacio delante de la zaga que el Espanyol usó para crear peligro, empatar y generar ansiedad en un once ya presionado por lo del jueves.

Defensa

Aunque el Sevilla, de base, puede decirse que juega en 4-2-3-1, en la salida de balón se ajusta a un modelo de tres centrales. Arribas y Kolodziejczak se abren, Carriço se retrasa para recibir y los laterales suben obligando a Aleix Vidal y Vitolo a hacer de interiores. Como, a diferencia de lo que podía pensarse al ver la alineación, era Banega el que se quedaba por detrás de Iborra, sobre todo en la segunda parte por la menor movilidad del argentino y porque Carriço no recuperaba su posición en el centro del campo, el Espanyol encontraba un espacio precioso delante de la defensa (Sergio lo vio y sacó a Sergio García). Así, perdió el control del partido y así llegó el gol del empate.

Ataque

Mientras los focos iban a la titularidad de Iago Aspas, Emery ordenaba un matiz fundamental, con Iborra como segundo punta (como hizo en Lieja recibiendo no pocas críticas) y para que hiciera de fijador de un delantero, el gallego, que tiene mucho fútbol en la cabeza pero que tiene menos presencia en el área que Bacca o Gameiro. Aspas e Iborra se abrían espacios mutuamente en perfecta simbiosis, Banega ponía el orden por detrás y los costados empujaban, más la derecha con Figueiras y Aleix Vidal, con lo que las ocasiones eran continuas, más en segunda línea que en primera. La entrada de Bacca sirvió para que Aspas se fijara más en el área y más o menos así llegó el 3-2.

Virtudes

Versatilidad táctica, fe y control de la ansiedad en una cita difícil.

Talón de aquiles

Los mecanismos de transferencias de sistemas crearon desequilibrio.

UNO POR UNO

Beto. Protagonista de un lance que pudo cambiar el partido. A su penalti pudo unir una roja al llevar el pie muy arriba. Luego, todo, la cabeza del árbitro, una molestia, el cansancio... invitó a parar para el Bernabéu.

Figueiras. Un borrón en una vigilancia defensiva mal hecha y otro golazo. También empujó mucho por la derecha.

Arribas. Partido correcto, con algún problemilla con Stuani.

Kolodziejczak. Marca la mutación de sistema. En el cuerpo a cuerpo volvió a sufrir y en el gol de Víctor Sánchez no tuvo culpa. Cortaba el pase.

Fernando Navarro. Está con mucha confianza, pero, claro, le falta profundidad.

Carriço. Desajustó el equilibrio ataque-defensa al no volver a al centro del campo cuando se metía entre los centrales.

Banega. Mucho criterio y calidad desde su zona. En la segunda parte notó la falta de frescura y velocidad ante muchos metros, demasiados.

Aleix Vidal. Un meritorio partido. Con robos, centros, desmarques... Empujó mucho.

Iborra. Jugó prácticamente de delantero para atraer la atención de los centrales y liberar a Aspas. De camino, llegaba en segunda línea...

Vitolo. Aunque marcó el primer tanto, no está fino. Como interior le costaba más desbordar (menos espacios).

Iago Aspas. Tiene mucho fútbol en la cabeza y se abrió muy bien. El problema a veces es que esa movilidad le impide estar en el área. Con Bacca apareció más en el sitio.

Sergio Rico. Salvo algún balón comprometido que le pusieron al pie, estuvo sobrio. Imparable el gol.

Denis Suárez. Ayudó a abrir huecos en el tramo final.

Bacca. Atrajo atención y fue clave en la jugada del 3-2.

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