Planificación del Sevilla FC: Lenglet, Pizarro y los centrales

La casa por los cimientos

  • El Sevilla, tras oficializar el pase de Pizarro al Tigres, se afana en sondear centrales, activada la cuenta atrás de la marcha de Lenglet al Barça, y en la operación salida

Carlos Fernández pasa ante Lenglet y Pizarro, en uno de los últimos entrenamientos de la temporada.

Carlos Fernández pasa ante Lenglet y Pizarro, en uno de los últimos entrenamientos de la temporada. / víctor rodríguez

La dirección deportiva del Sevilla está inmersa en dos asuntos candentes: la necesidad de reforzar la defensa con varios centrales y la operación salida. Se trata de dos pilares básicos para cimentar el nuevo proyecto. Tras la oficialización del traspaso de Pizarro en la tarde de este jueves al Tigres por 8,4 millones en tres plazos -una buena operación sin duda-, Joaquín Caparrós y su equipo, con Gallardo y Marchena como adjuntos, debe poner todo su empeño ahora en cómo seguir dándoles salidas a esos futbolistas que no tienen cabida en el nuevo proyecto. Asimismo, debe ir sondeando el mercado de centrales ante la necesidad creciente que se le plantea en una línea mermada tiempo atrás.

Por un lado, el traspaso oficializado de Pizarro, después del acuerdo al que llegaron los clubes en la noche del martes, deja una ficha libre, pero aún debe dejar más hueco Caparrós en la plantilla para reforzarla con profesionales y canteranos. Por otro lado, cada vez es más difícil que Lenglet forme parte del nuevo proyecto. Canal Sur Radio asegura que el futbolista ya se ha convencido de que el tren del Barça de Messi pasa una vez en la vida y es el momento de subirse a él, con una fecha definida para que se concrete la operación, el 1 de julio, para incluir su gasto en el ejercicio de la temporada 18-19. Pese a que Caparrós y Machín le trasladasen que quizá no sea el momento idóneo, por estar en pleno crecimiento como futbolista, para dar ese salto cualitativo, Lenglet no tiene vértigo ninguno a sus 22 años, como ha demostrado con su desparpajo y su capacidad de liderazgo en la última temporada, y al Sevilla no le queda otra que ir haciéndose a la idea. Por eso, está acentuando el sondeo para contratar a dos o tres centrales, dependiendo también de las salidas en esa línea.

Hay premura en el asunto de la defensa, porque si se concreta lo de Lenglet, y parece que la noticia sería que se quedase en el Sevilla, Pablo Machín tendría pocos efectivos en el eje de la zaga para la ida de la Q2 de la Liga Europa, el 26 de julio. En esta fecha estarán aún de vacaciones Mercado y Kjaer, cuyo regreso a la disciplina del Sevilla dependerá del recorrido de sus respectivas selecciones en el Mundial, siendo Argentina una de las favoritas. El 3 de julio empieza la pretemporada y lo ideal sería que ya estuviesen a las órdenes de Machín un par de centrales nuevos, en espera de lo que suceda con Pareja y Carriço, dos líderes del vestuario que el pasado curso escenificaron su declive con escasísima presencia en el equipo.

El primero cumple contrato en 2019 y pese a que negó que sus lágrimas en el último partido de Liga fuera un adiós, no sería descabellado pensar en una rescisión consensuada y en una despedida digna de su paso por el Sevilla, a sus 34 años. Pareja apenas jugó 9 partidos oficiales el curso pasado. Carriço sí renovó el verano pasado hasta 2020, cumplirá 30 años el 4 de agosto, pero aún tuvo menos protagonismo la temporada pasada que su compañero de línea: 6 partidos y 460 minutos en total. Un traspaso a la baja podría ser la solución para despedir a otro de los capitanes del histórico triplete en la Liga Europa con Emery.

Un año después, el Sevilla se encuentra en la necesidad de darle solución a un problema que era patente pese a la obcecación que tuvo la dirección deportiva anterior en no reforzar esa línea. Sucede, además del problema del retraso de Mercado y Kjaer por el Mundial, que el sistema de Machín, pese a su promesa de flexibilidad y de anteponer la idea al dibujo, usa tres centrales.

Sobre el sistema y el acoplamiento de los jugadores al mismo estuvo hablando ayer otro de los capitanes, Escudero, en una intervención telefónica para SFC Radio. "Creo que si viene con el mismo sistema del Girona -dijo en referencia a Machín-, tenemos la ventaja de que jugamos parecido hace un año con Sampaoli. A mí me gusta mucho sumarme al ataque y creo que me podría beneficiar, pero lo importante es adaptarse lo antes posible. Vienen partidos muy pronto y lo principal es captar la idea e ir a muerte con ella".

Precisamente Sampaoli debió adaptarse a una línea de cuatro bien pronto por la carestía de jugadores para usar tres centrales, entre otras cosas por las lesiones de Pareja y Carriço, aunque éste adujo además que no sólo fueron las lesiones las que lo apartaron del equipo. Jugó 10 partidos con el argentino, hace dos temporadas... 16 en dos años. Pareja, en cambio, que reapareció con Sampaoli después de su grave lesión en San Petersburgo en 2015, sí jugó 34 partidos, más de lo que hubiese debido por la carestía en esa zona. Joaquín Caparrós y su equipo, por tanto, deben afinar ahí. Estaría feo tropezar dos, o tres veces, en la misma piedra.

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