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Una cordialidad ratificada

  • Las directivas predicaron durante el partido con el ejemplo dado en la previa

Si la normalidad fue la tónica dominante durante la semana previa al partido por parte de todos los estamentos de ambos clubes, el partido esperado tres años después no cambió dicho comportamiento, para alegría de ambos presidentes que lograron lo que se propusieron: un derbi en el que reinara la paz.

José María del Nido, como viene siendo habitual desde que es presidente del Sevilla, acudió al estadio helipolitano, pero en esta ocasión era recibido con los brazos abiertos por Miguel Guillén y toda su directiva, algo muy distinto a lo que ocurría en otros tiempos no tan lejanos. El presidente sevillista estuvo acompañado por la práctica totalidad de su consejo de administración, y además se desplazó al estadio verdiblanco en el autobús del equipo, del que se bajó el primero para saludar y dar ánimos uno por uno a todos sus futbolistas antes de entrar al campo.

En el bando verdiblanco, el presidente de la Fundación Real Betis, Rafael Gordillo, se felicitaba por la normalidad y el buen ambiente creado durante la semana, pero ya advertía que cuando Velasco Carballo diera el pitido inicial los dos equipos se olvidarían de todo para ir a por la victoria, como así fue, pero con una limpieza y una ausencia de marrullería total, caracterizándose el partido por la ausencia de entradas malintencionadas o agresiones.

El presidente bético, Miguel Guillén, presidió el palco, sentándose a su izquierda su homólogo sevillista, José María del Nido, mientras que a su derecha se situaron el ministro de Economía, Cristóbal Montoro, y el alcalde, Juan Ignacio Zoido. Independientemente de algunos cánticos en contra del máximo mandatario sevillista, la tranquilidad fue total en la zona noble del Benito Villamarín.

Al finalizar el encuentro no se produjo la clásica comparecencia de ambos mandatarios, quizás por falta de interés por parte de la cadena que emitió el encuentro, pero ambos presidentes y consejeros se despidieron amistosamente y se emplazaron al próximo 2 de mayo, cuando el Betis rendirá visita al estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, y en el que, como mínimo, ambas directivas aspiran a repetir el mismo ambiente de cordialidad.

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