Hay delanteros con el área metida en la cabeza y otros que disfrutan con la amplitud del espacio. Álvaro Negredo es un punta de movimientos largos, que comparte virtudes con Kanoute, pero que busca el pase y el gol de distinta manera. Tiene una relación con el movimiento y el espacio con la que su fútbol se convierte en rotundo, potente, vertical cuando debe serlo, al espacio libre cuando el ataque lo pide...

Hay muchas razones por las que Jiménez eligió ayer al vallecano como acompañante de Luis Fabiano. La primera debe ser que en Bilbao demostró que está en mejor forma que Kanoute, aunque éste apuntó una notoria mejoría en Glasgow. Otra será sin duda su manejo de los espacios. Sus prolongaciones ocupan más metros, sus arrancadas también llegan a terrenos más largos que las que pueda hacer Kanoute. El franco-malí aguanta y busca el pase en segmentos menos abiertos y quizá en un ataque en el que se suponía que el Sevilla iba a encontrar espacios libres era el hombre apropiado.

No dejó en mal lugar el delantero madrileño a su entrenador. Tuvo siempre la cabeza fría y dio mucho sentido a cada balón que cayó a sus pies. Fue además el protagonista de la jugada más espectacular de la noche, aquella en la que Perotti ya se vio celebrando el gol un minuto antes del empate del Real Madrid. La exhibición de potencia en carrera, de juego con el cuerpo y de calidad para poner el balón en horizontal en el terreno justo y a la velocidad justa para inutilizar la salida de Casillas fue para ponerle un marco. Manejar bien la velocidad y el espacio en un pase horizontal equivale a regatear al portero. ¿Y no es eso lo que hizo Negredo después de esa galopada de miedo que completó desde el centro del campo?

Benzema es un punta que pisa campo minado con más asiduidad. Ejecuta, si le dejan, como una centella y deja muy pocas opciones a sus marcadores. Anoche, en cambio, tuvo que claudicar ante el poder de anticipación de Dragutinovic, del Dragutinovic de sus buenos tiempos.

El ex delantero del Lyon sólo tuvo una, pero le dio al aire. Fue en la primera parte y mucho podrían haber cambiado las cosas si hubiese cazado ese balón que le venía desde su izquierda. Después, olió más bien poco y tuvo que ser sustituido por Pellegrini, que puso en el campo a un Higuaín que en el tiempo que estuvo demostró más movilidad que el francés y que Raúl juntos. Benzema había logrado desatascar en otras ocasiones malos partidos del Real Madrid, pero ayer se ganó el suspenso. El balón corrió poco por el área de Palop y cuando lo hizo estaba lejos de él.

Negredo, madridista casi de cuna, es la víctima del inmovilismo que Raúl provoca. Ante su ex equipo demostró que perfectamente podría ocupar una de las dos plazas de delantero que ayer cubrían el intocable siete y Benzema. Igual que también tiene sitio en la selección española si encima se lesionan David Villa y Fernando Llorente.