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13 días y varias dudas en el aire

  • El equipo de Emery encara la recta final de su puesta a punto para la Supercopa con algunos problemas en la zaga Tres partidos restan para dar mayor solidez atrás

13 días son los que faltan para que el Sevilla afronte el primer gran reto de esta ilusionante temporada, la Supercopa de Europa ante el Barcelona en Tiflis el próximo 11 de agosto. Pero antes de aterrizar en la capital georgiana para luchar por conquistar este trofeo por segunda ocasión (la primera fue en 2006 precisamente ante el Barcelona y los sevillistas golearon a los azulgrana por 0-3), a Unai Emery sólo le queda exprimirse un poco más el cerebro para encontrar solución a ciertas lagunas demostradas por el equipo en los primeros envites de pretemporada.

La zaga, hasta el momento, ha sido uno de los puntos sobre los que más dudas han sobrevolado, sobre todo en los dos últimos partidos, en los que los rivales han sido bastante más serios que en los dos primeros choques. Porque la mayoría de las voces críticas llegaron tras los partidos que el Sevilla disputó frente al Werder Bremen, donde los germanos doblegaron a los sevillistas (3-1) en el primer test más comprometido de este periodo preparatorio.

Las numerosas ocasiones generadas por los alemanes durante el partido no contentaron para nada al técnico, quien vio cómo una vez más su equipo sufría en la parte de atrás en el siguiente partido, frente al Stade Reims. Pese a la victoria (1-2), en el último tramo del choque los galos gozaron de muchas ocasiones de gol, quizás excesivas, para el nivel que a priori se intuía que tenían ambos equipos.

"Hay cosas que mejorar y detalles que pulir en los dos partidos. Hay que ajustar las cualidades del equipo", confesó Emery tras los choques que disputó su equipo en tierras alemanas.

Con sólo tres centrales disponibles del primer equipo, Carriço, Rami y Kolodziejczak -Luismi ha participado en la última parte de la pretemporada con los mayores-, Emery echa de menos a Nico Pareja. El argentino se lesionó de gravedad en el partido de vuelta de semifinales de la Liga Europa ante el Zenit en San Petesburgo y se encuentra en el ecuador de su recuperación. Todavía le faltan varios meses por delante para volver a trabajar con el equipo, aunque la buena noticia es que ya toca balón.

Con este panorama, la dirección deportiva estudia la posibilidad de realizar una incorporación. Un central o un delantero aparecen como futuribles, aunque no termina de concretarse ninguno de ellos y no tiene pinta de que el refuerzo vaya a llegar antes de la cita de Tiflis.

Así las cosas, a Emery sólo le queda trabajar con los futbolistas que tiene disponibles para tratar de dar solidez a la zaga. Para ello, todavía quedan tres encuentros amistosos, además de las distintas sesiones de entrenamiento, en las que el técnico vasco tratará de aleccionar a los suyos para corregir las posiciones.

De estos tres partidos, el más cercano es el próximo viernes, en Londres. El Watford de Quique Sánchez-Flores, recién ascendido a la Premier League, será el primer rival de esta terna que pondrá a prueba la solidez defensiva. Dos días después, el plantel se enfrentará al Brighton and Hove Albion, de la Championship (equivalente a la Segunda División española).

Cerrará el círculo tres días antes de la final de la Supercopa el AEK en Atenas. Para entonces, Emery confía en haber solventado todas las dudas en la parte de atrás. Porque al vasco todavía queda tiempo para solucionar la falta de solidez.

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