Mallorca | sevilla · informe técnico

Con frescura, ritmo e intensidad

  • El tempranero gol del Mallorca provoca la reacción de un Sevilla cuya pujanza no se vio menoscabada ni con la roja a Negredo · Jesús Navas rompe el partido y Zokora se hace dueño del tiempo y el control

Hacía meses que Jiménez no podía contar con 19 profesionales y eso se tenía que traducir en el campo. Tras una semana sin partido en medio, el Sevilla tuvo la frescura que le ha faltado durante mes y medio y, de esa forma, pudo sacar su mejor versión. Intensidad, confianza ciega en la presión y en la anticipación, rápidas y eléctricas combinaciones y una fe tremenda en sus propias posibilidades. El tempranero gol del Mallorca, en uno de los escasos errores defensivos, no hizo sino espolear a un Sevilla que se creyó superior y se aprestó a demostrarlo, incluso cuando Teixeira Vitienes estuvo a punto de estropearlo todo con la rigurosísima roja a Negredo. Ahí sacó el equipo todo su orgullo y luego Jesús Navas terminó de romper el partido para que Zokora lo templase tras el 1-3.

Defensa

Jiménez colocó a Dragutinovic junto a Fazio para garantizar rapidez por abajo y seguridad por arriba. El serbio, en su línea de antes de la lesión, tuvo anticipación, aunque fue víctima de una mala basculación de toda la defensa en el 1-0, producida tras una jugada en la que Duscher no terminó de romper en campo contrario y creó desequilibrio con su salida a medias. Aun cuando se quedó con diez, no hubo excesivo sufrimiento, gracias a que a Dragutinovic y a Fazio no les tembló el pulso para salir unos metros por delante del área confiados en su poder de anticipación, algo a lo que respondieron Stankevicius y Fernando Navarro. Eso sí, ante un gran lanzador como Julio Álvarez, hubo algunos problemas en las jugadas de estrategia. Fue la mayor amenaza durante la primera mitad de un Mallorca que ni con uno más, entre la roja a Negredo y la de Ramis, dejó de jugar al contragolpe.

Para no verse sometidos a la rapidez con que el Mallorca quería coger a contrapié al Sevilla, Zokora y Duscher se multiplicaron para presionar fuera de su zona natural, lo que dio lugar a un constante ir y venir. Hasta que, cuando se equilibraron las fuerzas, el Sevilla rompió arriba y se aprestó a controlarlo todo. El partido fue vibrante y precioso hasta la roja a Negredo y después cayó en el saco del Sevilla.

Ataque

La apuesta por Negredo se fue al traste por la pésima lectura que hizo Teixeira Vitienes de un partido que estaba siendo espectacular. Pero el cántabro compensó justo antes del descanso. Antes de las expulsiones, el Sevilla reaccionó con brío al tempranero gol de Mario Suárez y tuvo muchísima movilidad e intensidad de tres cuartos hacia adelante. Se movió a la perfección al son de Renato, cuyo dinamismo propició rápidas combinaciones con los dos extremos y con Negredo. Aouate salvó a los suyos en un par de llegadas clarísimas antes de que Jesús Navas igualara el marcador tras un jugadón de Negredo, que salió airoso tras un rechazo en el área pequeña propia y luego lanzó un centro espectacular con su potente zurda.

Tras el descanso, ya diez contra diez, hubo espacios para que Jesús Navas sacara todo su repertorio. El Sevilla rompió pronto el partido por su costado, con algo fortuna en la falta de Dragutinovic y con muchísima calidad en el 1-3 de Perotti, tras una precisa pared entre Luis Fabiano y Jesús Navas.

Virtudes

La fe en las propias posibilidades tras el 1-0 y la roja a Negredo, que llegó justo después del empate. El Sevilla tuvo capacidad de reacción y casta de ganador.

Talón de aquiles

Algunos despistes atrás no fueron a mayores. En la segunda parte, se vio tan superior que casi le da vida a un Mallorca que estaba muerto.

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