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La maldición que Manzano invocó

  • El técnico menospreció a Mallorca y Getafe en la primera vuelta viéndose en Champions antes de la doble cita en Nervión · Un punto en 4 duelos con ambos dilapida su futuro y sus opciones

En el fútbol, como en todos los órdenes de la vida, hay veces en las que el destino juega una mala pasada a los que quieren hacer cuentas antes de tiempo. Hay situaciones incluso en las que parece tener guardada una vieja cuenta con los que tienen la osadía de vulnerar o cuestionar sus leyes. De éstas, hay una que dice que nunca se debe menospreciar a un rival y otra que también deja claro que las perras que no estén en la saca no cuentan por muy fácil que se vea conseguirlas.

El pasado 13 de noviembre, a Gregorio Manzano en víspera de un partido, una periodista de Antena 3, Silvia Verde, le preguntaba lo siguiente cuando todavía estaba fresca la victoria del Sevilla sobre el Valencia, al que igualaba a 17 puntos en la clasificación, entonces de la primera vuelta: "¿Este partido debe servir para consolidar la sexta plaza y no bajar puestos en la clasificación?". La compañera preguntaba por un partido, el Zaragoza-Sevilla, que los de Manzano acabarían ganando con un gol de Negredo en el último minuto, pero la respuesta de Manzano no sólo se iba más allá en el calendario, pues citaba los dos compromisos teóricamente fáciles que su equipo tenía inmediatamente después en casa ante Mallorca y Getafe de forma consecutiva, sino que se saltaba los peldaños de los objetivos clasificatorios.

"Yo lo que quiero es aspirar al siguiente escalón, que es la Champions. Hemos comentado la plantilla y yo que con los tres próximos partidos, Zaragoza -entonces colista con sólo 7 puntos-, Mallorca y Getafe, a ver si somos capaces de situar al equipo en la zona Champions. Son 9 puntos que deben de ser muy importantes para dar un salto cualitativo hacia delante. No para certificar una sexta plaza, sino para mirar hacia arriba. Vamos a ver si lo cumplimos".

La verdad es que no era muy descabellado. El Sevilla, antes de ganar al Zaragoza estaba sexto con los mismos puntos que el quinto, el Valencia, y sólo uno por debajo del cuarto, que era el Espanyol con 18. Más arriba estaba ya el Villarreal, por entonces distanciado hasta los 23 como primer perseguidor de Barcelona y Real Madrid. El Sevilla, como ya ha quedado dicho, cumplió en Zaragoza, aunque con una pizca de suerte, pero perdió la oportunidad de asaltar los puestos de Champions tirándose al callejón en esos dos partidos ante dos rivales de mitad de la tabla. 1-2 con el Mallorca y 1-3 con un Getafe que, casi de forma idéntica a su reciente duelo con el Sevilla en el sur de Madrid, se presentaba en el Sánchez-Pizjuán con la soga al cuello y con Míchel jugándose el puesto.

Pero es que el destino quiso que justo una vuelta después en la que el rendimiento de los de Manzano fue un desastre y llegó a instalarse en la mediocridad de la mitad de la tabla el Sevilla se volviera a encontrar con la posibilidad -esta vez más lejana- de acercarse a esa cuarta plaza que ahora ocupa el Villarreal. Entonces fue un doble enfrentamiento con Mallorca y Getafe en casa y en esta ocasión, lógicamente, esos duelos llegaron en consecutivos desplazamientos cuyos resultados han enterrado ya cualquier posibilidad de seguir soñando con la Champions, que hasta cierto punto se veía alcanzable con otros resultados y con el Villarreal teniendo que visitar Nervión. Finalmente, tanto Mallorca como Getafe, esos rivales a los que un día Manzano puede decirse que menospreció contando con los puntos que debía disputar con ambos en su particular cuenta de la lechera, se han convertido en el verdugo de sus aspiraciones, han sentenciado su futuro como entrenador del Sevilla -contando con que tuviera alguna opción- y han servido para que el jiennense haya vivido dos fines de semana que jamás olvidará. Uno con su vuelta a Palma de Mallorca, donde le recordaron todo lo que allí lo detestan pese a ser el entrenador con mejores números de la historia del club bermellón, y otro con su desastroso planteamiento táctico en Getafe, unido a unas justificaciones en la rueda de prensa posterior más difíciles de entender aún con afirmaciones como que buscó "tapar las bandas del Getafe" o que en el minuto 30 de la segunda mitad fue cuando decidió "ir a por el partido".

Los choques ante Mallorca y Getafe, en la primera vuelta y en la segunda, han sido las dos grandes oportunidades de Manzano, a quien le ha costado verdaderamente caro su ejercicio de superioridad con aquella respuesta a una pregunta de Silvia Verde el 13 de noviembre. Mallorca y Getafe. Un punto de doce posibles. La suerte no se tienta de esa forma.

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