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Cualquiera te moja la oreja

  • El Sevilla pecó de iluso frente a un Sporting de Braga que acabó siendo mejor · Ni titulares ni suplentes supieron encarrilar una eliminatoria, en teoría, asequible

Una de las lecciones del fútbol dice que cualquiera puede ganar a cualquiera, que el más pobre puede tumbar al más rico, que, en definitiva, el a priori, es una expresión con la que todos tropiezan si no se emplea con el significado que se debe. Eso fue lo que le ocurrió anoche al Sevilla. Se dejó llevar, consciente de su relativa superioridad, y acabó pagándolo y poniéndose cuesta arriba una eliminatoria que todos veían asequible antes del inicio.

Defensa

Antonio Álvarez modificó la zaga respecto al partido de ida de la Supercopa ante el Barcelona introduciendo a Fernando Navarro en el costado izquierdo y desplazando a Dabo a la derecha. La medida pasó desapercibida en la primera parte ya que el Sevilla en ningún momento pasó apuros y Palop era un espectador más en Municipal AXA de Braga.

Dabo dejó patente que es un buen defensor, rápido, atento, aseado con la pelota, mientras que Fazio se mostraba atento al corte bien secundado por Escudé y Fernando Navarro. Pero antes del descanso la zaga sevillista dio el primer susto al quedarse los centrales clavados en un pase en profundidad que llegó a los pies de Matheus y que, de no ser por Palop, hubiese supuesto el primer tanto de los portugueses. No fue el único despiste ya que tras el descanso, y ya con el mando en las manos del conjunto dirigido por Domingos Paciencia, Escudé y Fazio se dormían y no llegaban al balón antes que Matheus rematara a la red el rechace de un inconmensurable Palop.

Ataque

El Sevilla no tuvo ideas, ésa es la primera conclusión. Con dos delanteros como Luis Fabiano y Kanoute sobre el campo, los sevillistas sólo fueron capaces de crear una ocasión clara en 90 minutos: la que estrelló en el poste al inicio el brasileño. Además, la salida de inicio de Diego Capel, en lugar de Perotti, restó mordiente a la zona de ataque. Mientras, Renato, llamado a alimentar a los delanteros de balones, estuvo desdibujado.

El único como casi siempre que puso algo de chispa fue Jesús Navas. El recurso de volcar la pelota al costado derecho tiene mucho de efectivo para los intereses del Sevilla, aunque anoche el de Los Palacios tampoco mostró su mejor nivel. Aun así, de sus botas nacieron las mejores ocasiones y el centro del remate al palo de Luis Fabiano. El 9 de Brasil se movió cuanto pudo, siempre rodeado de contrarios mientras que Kanoute imitaba sus movimientos sin tanta eficacia.

Álvarez buscó la revolución con la entrada de Negredo por el malí y la de Perotti por un Capel muy descafeinado. El vallecano tocó un par de balones y siempre lejos de la zona de peligro. Por su parte, el joven argentino se movió con descaro, subiendo la banda, encarando o lanzando diagonales. Pero no era el día del Sevilla...

Virtudes

La chispa de Jesús Navas y el atrevimiento de Perotti.

Talón de aquiles

El exceso de confianza y la pérdida del control del partido en el segundo periodo.

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