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Los premios son muy golosos...

  • El Sevilla busca ante el Stuttgart su tercer triunfo consecutivo en la Liga de Campeones para olvidar la derrota del sábado ante el Deportivo. Una victoria equivale a asegurar la clasificación y casi el primer puesto del grupo

Siguiente destino: Stuttgart. El fútbol de élite vive a velocidad de vértigo y el Sevilla apenas tendrá tiempo para mascullar la derrota del pasado sábado frente al Deportivo por la sencilla razón de que el calendario le sitúa por delante un oportuno compromiso de la Liga de Campeones. El rival es el Stuttgart y el premio, en caso de repetir un triunfo en esta competición, sería sellar prácticamente el pasaporte para estar en los octavos de final de la máxima competición continental. Pero no sólo eso, también estaría casi asegurado el primer puesto del grupo y, de paso, se incrementarían de manera considerable los ingresos por los puntos sumados.

Está claro, pues, que son muchos los réditos a conseguir esta noche en el Mercedes-Benz Arena de Stuttgart para los sevillistas. Y con ese ánimo partía la expedición nervionense a primeras horas de la mañana de ayer para aterrizar con un frío que pelaba en la ciudad alemana. Gélida es la temperatura, pero sólo la temperatura, porque en el Sevilla el sentir generalizado de los futbolistas es de fervor incluso en lo que se refiere a las ganas de que el holandés Pieter Vink dé el silbido inicial del litigio. Las derrotas siempre escuecen y la acaecida frente al Deportivo no iba a ser menos. Por ello, existen muchas ganas de sacarse la espina cuanto antes, bajo la premisa de hoy mejor que mañana.

El actual grupo humano del Sevilla es eminentemente ganador y eso se trasluce en todo momento, incluso después de los sinsabores. Las conversaciones entre los profesionales giran en torno a eso, a las ganas de comenzar a disputar cuanto antes este partido frente al Stuttgart. Además, la oportunidad, al menos en teoría, es buena para pescar en esta ciudad alemana. El cuadro que entrena Markus Babbel no ha comenzado bien en la Bundesliga y está atravesando por serias dificultades deportivas. Tantas que el Stuttgart es actualmente el decimotercer clasificado, contabiliza sólo 8 puntos fruto de 2 triunfos, 2 empates y nada menos que 5 derrotas. Son unos números decepcionantes para un equipo que, si bien perdió en verano a Mario Gómez, su gran referente en los últimos años, también es cierto que se reforzó con hombres de cierto nivel económico, y deportivo, tales como el bielorruso Hleb, el serbio Kuzmanovic o el ruso Pogrebnyak. Pero la química no ha aparecido entre ellos y quienes ya estaban, como los internacionales alemanes Lehmann, Khedira, Hitzlsperger o Cacau, y los resultados no pueden ser más decepcionantes.

Éste es el escenario que se encontrará el Sevilla después de la última derrota casera del Stuttgart, acaecida el pasado sábado contra el Schalke 04 por 1-2. En teoría, se trata de un campo asequible en estos momentos, pero los mensajes de los profesionales no pueden ser más cautos. Para empezar, los tópicos balompédicos indican que los equipos alemanes jamás fueron buenos clientes, que su capacidad de lucha está fuera de toda duda y que siempre acaban levantándose, incluso en sus peores momentos. Esto, está claro, se argumenta con mil historias, pero se olvida, lógicamente, las situaciones con un mal final para los teutones, que son igualmente numerosas. Y también se analiza que los equipos de cierto potencial deportivo, y el Stuttgart lo es, que viven situaciones de esta índole son capaces de reaccionar en cualquier momento del curso y destrozar al adversario que tengan enfrente ese día.

Esta última hipótesis es la que más preocupación origina, sobre todo a gente como Monchi, que enumera a un buen número de futbolistas de valor que militan en el Stuttgart. Pero el Sevilla tampoco se centra en exceso en el rival y prefiere una mirada hacia dentro. La ausencia de Negredo entre los expedicionarios es un inconveniente añadido, aunque el técnico tal vez echara más de menos para esta cita a Konko, el otro elemento con un proceso febril en curso. En el caso del delantero, la pareja prevista para Alemania era la integrada por Luis Fabiano y Kanoute y eso no altera los planes en demasía, pero el lateral francés sí parecía un fijo por mucho que tenga dos alternativas en las personas de Adriano y Sergio Sánchez. Son las cosas, de cualquier forma, de este carrusel de partidos en el que, afortunadamente, está metido el Sevilla, los peajes de un equipo grande entre los grandes. Toca el Stuttgart y los premios son golosos: clasificación para octavos, primero de grupo, millones de euros...

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