Sociedad

Benedicto XVI proclama por primera vez a dos santos españoles

  • El Papa destaca que España es "una tierra fecunda de santos" en la canonización de Francisco Coll y Rafael Arnáiz.

El papa Benedicto XVI subrayó que España es una "tierra fecunda de santos" y agregó que los dos nuevos proclamados -Francisco Coll y Rafael Arnáiz- "hacen honor a la mejor tradición religiosa y a las profundas raíces cristianas del pueblo" español. El Pontífice así lo manifestó dirigiéndose en español a los varios miles de españoles y latinoamericanos que asistieron en el Vaticano a la ceremonia de canonización de cinco nuevos beatos y después al ángelus dominical.

"Dirijo un caluroso saludo a los peregrinos del lengua española, en particular a los que han participado en esta gozosa ceremonia de Canonización y a los cardenales, arzobispos y obispos que han venido con ellos de España, tierra tan fecunda en frutos de santidad", dijo en español.

Benedicto XVI proclamó cinco nuevos santos, entre ellos los españoles Francisco Coll y Guitart y Rafael Arnáiz Barón y el belga Padre Damián, el apóstol de los leprosos, en una ceremonia en la que pidió luchar contra la lepra, que "desfigura a la humanidad", y servir a los leprosos.

"La figura del Padre Damián nos invita a abrir los ojos ante la lepra, que desfigura a nuestros hermanos y nos exhorta a ofrecerles no sólo nuestra generosidad sino también nuestra presencia", dijo el Papa ante unas 50.000 personas que siguieron la ceremonia en el interior de la basílica de San Pedro y a través de pantallas de televisión colocadas en la plaza vaticana. El Papa Ratzinger pidió el apoyo para las personas que "con generosidad luchan contra la lepra" y abogó para que no les falte ese respaldo por "ignorancia o cobardía".

En una basílica de San Pedro, bellamente iluminada y que dejaba al descubierto todas sus obras de arte, Benedicto XVI ofició la séptima ceremonia de canonización de su pontificado, en la que proclamó también santos, a un arzobispo polaco y a una monja francesa.

Francisco Coll y Guitart (1812-1875) fue un sacerdote de la Orden de los Frailes Predicadores (dominicos), misionero y fundador de la Congregación de las Dominicas de la Anunciación de la Beata Virgen María. Nació en Gombrén y falleció en Vic, ambas en la provincia de Gerona y fue beatificado por Juan Pablo II el 29 de abril de 1979.

Fray María Rafael Arnáiz Barón (1911-1938), religioso cisterciense, nació en Burgos y falleció en el monasterio de la Trapa de San Isidro de Dueñas (Palencia). Fue proclamado beato por el papa Juan Pablo II, "como modelo para todos los jóvenes del mundo", el 27 de septiembre de 1992.

De Coll y Guitart resaltó Benedicto XVI su actividad evangelizadora itinerante, siguiendo la forma de "misiones populares" y su labor para dar una educación integral a niños y jóvenes.

De Arnáiz Baron subrayó que falleció a los 27 años, que nunca estuvo apegado a los bienes materiales y a otras metas que la vida del mundo propone a veces con gran insistencia y dijo que es un ejemplo para aquellos jóvenes "que no se conforman con poco, sino que aspiran a la lena verdad, a las indecible alegría que se alcanza por el amor a Dios".

Del Padre Damián, nombre con el se conoce a José Damián de Veuster (1840-1889) y que fue beatificado por Juan Pablo II en 1994, destacó que "no sin miedo y repugnancia", marchó a la isla de Molokai al servicio de los leprosos, que estaban abandonados y se expuso a la enfermedad, de la que se contagió y murió. "El servidor de la Palabra se convirtió en el servidor de los que sufrían, leproso entre los leprosos", destacó el Papa.

La monja francesa es Jeanne (María de la Cruz) Jugan (1792-1879), fundadora de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres y fue beatificada por Juan Pablo II en 1982. De ella resaltó su labor en defensa de los pobres y ancianos, abandonados por sus familias y dijo que la sociedad actual debe redescubrir el papel de los ancianos en la misma.

El arzobispo polaco es Segismundo Felix Felinski (1822-1895), prelado de Cracovia y beatificado en esta ciudad por Juan Pablo II en 2002, del que señaló Benedicto XVI su lucha contra la opresión.

Tras las palabras del Papa, los miles de asistentes, rompieron en aplausos, mientras sonó música sacra y las miradas se dirigieron a la fachada de la basílica donde colgaban cinco grandes retratos de ellos. A la ceremonia asistió una delegación española presidida por el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y de la que formaron parte el vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Josep Lluis Carod Rovira, y el vicepresidente del Gobierno valenciano, Juan Cotino.

Por parte de la Iglesia española asistieron medio centenar entre cardenales, arzobispos y obispos, así como representantes de las congregaciones a las que pertenecen los nuevos santos. También asistieron los reyes Alberto II y Paola de Bélgica, el primer ministro francés, Francois Fillon, y el presidente de Polonia, Lech Kaczynski.

En sus cuatro años de Pontificado, Benedicto XVI ha proclamado ya 573 beatos, en su mayoría españoles, y 28 santos. Hasta ahora, el Papa Ratzinger ha celebrado siete ceremonias de canonizaciones, seis en el Vaticano y una en Brasil, en mayo de 2007.

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