Sociedad

Bush, dispuesto a corregir con 'Gustav' los errores del 'Katrina'

  • Desde que se dispararon las alertas sobre el peligro del huracán, Bush ha observado de cerca su evolución y ha estado prácticamente a diario en contacto con las autoridades.

El huracán Gustav, que ha puesto en alerta a toda la región de la costa del golfo de México y azotó hoy a Luisiana, puede dar al presidente de EEUU, George W. Bush, la oportunidad de corregir los graves errores del Katrina.

La reacción de Bush ante la llegada de Gustav a la costa del golfo de México ha sido muy diferente a la que tuvo en el fatídico verano de hace tres años, cuando el día del impacto del Katrina, el 29 de agosto, celebró con John McCain el 69º cumpleaños del hoy candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos.

Eso sí, sobrevoló la devastada ciudad de Nueva Orleans (Luisiana) y los estados afectados por el Katrina, pero no pisó la región hasta cuatro días después de que el catastrófico huracán tocase tierra, lo que los estadounidenses y, sobre todo los directamente afectados, no le han perdonado nunca.

Quizá Bush no logre borrar de la memoria de la gente lo que pasó en el verano de 2005, pero ahora Gustav le ha dado la oportunidad, por dramático que parezca, de corregir sus errores de entonces y de reaccionar a tiempo. El presidente estaba decidido a hacer lo correcto esta vez.

Desde que se dispararon las alertas sobre el peligro de Gustav, Bush ha observado de cerca su evolución y ha estado prácticamente a diario en contacto con las autoridades federales, estatales y locales para conocer no sólo el trayecto del huracán, sino también los preparativos de emergencia en los estados afectados.

Ante las inquietantes previsiones meteorológicas, que calculaban a mediados de la semana pasada que Gustav iba a tocar tierra el lunes por la tarde o el martes por la mañana, Bush prefirió curarse en salud y el viernes mismo declaró el estado de emergencia en Luisiana y Texas, y el sábado hizo lo mismo con Texas y Alabama.

La medida liberó fondos federales para apoyar a los estados en sus preparativos de emergencia y facilitar la coordinación entre las autoridades estatales y locales con la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) y el Departamento de Seguridad Nacional, cuyas autoridades viajaron de inmediato a la región para supervisar los planes de respuesta y de evacuación.

Las autoridades movilizaron pronto a todas las agencias federales, estatales y locales y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, la Guardia Nacional y militares se apostaron en toda la región del golfo de México, y se almacenó comida, agua, mantas y otras materias de primera necesidad para poder abastecer a un millón de personas durante varios días.

Dos millones de personas fueron evacuados de Luisiana y se organizó un gran dispositivo de transporte para ayudar a aquellas personas que no podían o no tenían coche a abandonar sus ciudades. Bush se ha querido asegurar esta vez que no faltaban recursos ni medios para reaccionar a Gustav y la posterior recuperación.

Pese a algunos problemas que surgieron en los preparativos, sobre todo la evidencia de que los diques que no aguantaron a Katrina, aunque son ahora mejores y más fuertes, siguen teniendo deficiencias, el Gobierno ha salido pronto a elogiar los planes de emergencia.

El director de la FEMA, David Paulison, afirmó hoy que ha habido una "cooperación sin precedentes" entre las agencias federales, el Departamento de Defensa, el sector privado y la Cruz Roja. También la evacuación ha ido mejor en esta ocasión. "Esto ha sido uno de las más exitosas y mejor coordinadas evacuaciones que he visto jamás", dijo Paulison.

Pero entre todos los frenéticos preparativos, pronto surgió el rumor de que Bush estaba sopesando no asistir a la Convención Republicana en Mineapolis-St.Paul (Minesota) para mantenerse informado acerca de la evolución de Gustav. El presidente tomó finalmente el domingo la decisión de no acudir a Convención de su partido y viajar a Austin y San Antonio (Texas) para estar cerca de la zona de impacto del huracán.

Si bien de momento tampoco ha viajado a Nueva Orleans, sí ha prometido desde el principio visitar Luisiana "cuando las circunstancias lo permitan". Esta vez se apresuró en explicar que no viaja a ese estado porque no quiere interferir en los preparativos y las evacuaciones.

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