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Caso Odyssey: Goliat perdió contra David pero se fue sin pagar

  • España ve hoy cómo 11 años después de vencer a la empresa estadounidense en los tribunales se cierra el proceso sin responsabilidades penales

Agentes de la Guardia Civil vigilando en Algeciras el buque 'Ocean Alert', de la empresa cazatesoros Odyssey, en julio de 2007.

Agentes de la Guardia Civil vigilando en Algeciras el buque 'Ocean Alert', de la empresa cazatesoros Odyssey, en julio de 2007. / EFE

Once años después de que un juez de Tampa (Estados Unidos) ordenara la devolución a España del tesoro de la fragata La Mercedes, una lucha de David contra Goliat entre el Gobierno y la poderosa multinacional Odyssey, la Audiencia Provincial de Cádiz certificó este pasado martes que la compañía no tendrá que rendir cuentas por el agravio al patrimonio nacional español.

Con "enfado" y sin más recursos posibles, en un auto fechado el pasado mes de julio la Sección de Algeciras cierra el caso al desestimar el recurso de la acusación popular, ejercida por la empresa Nerea Arqueología Subacuática, contra el sobreseimiento y archivo de esta causa judicial, que se inició hace 14 años.

La justicia de Estados Unidos nunca respondió a la comisión rogatoria realizada en 2013 que exigía interrogar a los implicados por un presunto delito de daños en un yacimiento arqueológico y de contrabando (penados con hasta cinco años de cárcel), entre ellos al polémico Greg Stemm, responsable de Odyssey Marine Exploration. Los autores del expolio no serán juzgados ya que las diligencias contra ellos ya han prescrito.

"Es triste, claro. Este tipo de situaciones nos hacen reflexionar sobre qué futuro queremos. Es algo con lo que al final perdemos todos, perdemos la sociedad porque el patrimonio cultural es de todos", cuenta el director de Nerea Arqueología Subacuática, Javier Noriega.

Impulsados por su "compromiso con el patrimonio" y su "enorme vocación profesional", esta empresa escisión de la Universidad de Málaga, que en 2009 fue reconocida con el Premio de Empresa Socialmente Responsable de la Unión Europea, decidió personarse en su día como acusación particular en la causa iniciada por el Gobierno de España.

"Igual que protegemos hace muchos años al patrimonio vivo, a los bosques milenarios o las especies protegidas, esa misma atención hemos de tenerla con el patrimonio cultural. Veíamos un atropello directo sobre el mismo y quisimos como arqueólogos atestiguar ese daño", explica Noriega.

En el auto de archivo, contra el que ya no cabe recurso, la Audiencia de Cádiz expresa "su extrañeza, desconcierto y hasta enfado por la, llamémosla, insólita tramitación de esta causa, al menos desde el año 2013", cuando, tras numerosas diligencias de investigación el juzgado de la Línea de La Concepción que ha instruido caso, pidió a EEUU la comisión rogatoria que nunca se produjo.

Todo ello pese a que el propio Gobierno de Estados Unidos presentó un informe favorable a los intereses de España en medio del mediático caso que sirvió de inspiración al dibujante Paco Roca para crear su cómic El tesoro del Cisne Negro, ahora adaptado por el director Alejandro Amenábar para crear su primera serie de televisión, la recientemente estrenada La Fortuna.

Tráiler de 'La Fortuna'.

Cronología del caso Odyssey

Todo arrancó en 2007, cuando la compañía Odyssey, con sede en Tampa (Florida, EEUU) anunció el hallazgo en aguas internacionales -en una operación de rescate llamada Cisne negro- de medio millón de monedas de plata y oro, aunque se negó a facilitar la localización exacta del tesoro y la nacionalidad del buque.

Tras este anuncio, el Ministerio de Cultura español ató cabos y alertó a la Guardia Civil, que abrió una investigación y decidió presentar una demanda contra Odyssey ante un tribunal federal de Tampa.

Asimismo y paralelamente a esta causa, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de La Línea de la Concepción (Cádiz) inició su investigación para estudiar un posible delito de contrabando y daños a un yacimiento arqueológico (caso ahora cerrado, sin resultado alguno).

Tras un dilatado proceso de dimes y diretes en el que la compañía facilita información errónea a España, el juez ordenó a Odyssey que proporcione al Gobierno español información detallada sobre el tesoro y el buque y le permita examinar los objetos extraídos.

Pese a la falta de información, en 2008 España afirmó que navío era el Nuestra Señora de las Mercedes, perteneciente a la Armada Española y hundido en combate en octubre de 1804 por los ingleses frente a las costas del Algarve, algo negado por la empresa cazatesoros.

El juzgado de Tampa dio la razón a España y dictaminó que el tesoro (que en este proceso también fue reclamado por varios países latinoamericanos) debía ser devuelto a España, dado que el naufragio corresponde a la mencionada fragata y la carga está sometida a la inmunidad soberana.

El proceso judicial continuó hasta que en 2012 el Tribunal Supremo de EEUU rechazó el recurso de urgencia interpuesto por la empresa estadounidense para que suspendiera la ejecución de la sentencia. El tesoro de la Mercedes llegó a España a bordo de dos aviones Hércules y quedó depositado provisionalmente en la sede de la Secretaría de Estado de Cultura, en Madrid.

Tras inventariar las monedas, se contabilizaron un total de 574.553, la mayor parte reales de plata, un tesoro que fue trasladado al Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA) de Cartagena (Murcia), donde está actualmente.

En los años siguientes se han llevado a cabo varias expediciones en la zona en las que se ha logrado rescatar miles de objetos que Odyssey abandonó durante el expolio, entre ellos dos culebrinas (cañones) del siglo XVI, que fueron descubiertas hace cuatro años.

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