Los días soleados y el paso de las semanas en cuarentena por el coronavirus nos hacen pensar en el día en el que podamos salir e, inevitablemente, en los efectos que varias semanas de confinamiento pueden causar en nuestro cuerpo. Muchos se han tomado este encierro como una oportunidad para verse mejor y ocupan sus horas muertas con sesiones de deportes variados, no obstante, para aquéllos a quienes el sofá los atrapa, la operación bikini puede convertirse en la pesadilla más temida. Por suerte, tiempo es lo que sobra esta primavera así que aún es momento de ponerse las pilas y llegar estupendos a la esperada desescalada.

Es importante moverse. Hay que intentar ser constantes con la práctica de ejercicio así que lo primero que hay que hacer es mantener el cuerpo activo a diario escogiendo, en función de nuestras necesidades o apetencias, la app o clase de yoga, pilates, zumba o fitness con paquetes de legumbres y palos de escoba la favorita entre todas las que los ingeniosos entrenadores personales comparten por redes sociales.

Seguir una dieta equilibrada también es esencial. Cierto es que el miedo al desabastecimiento de los supermercados nos hizo llenar la despensa con víveres como para alimentar a un regimiento, pero los nutricionistas aconsejan no descuidar la ingesta de frutas, verduras y alimentos que impulsen el sistema inmunológico durante esta fase. Así que mejor dejar los caprichos para el fin de semana. Además, la falta de movimiento conlleva una menor quema de calorías, por lo que no es necesario servir porciones tan grades como acostumbramos, eso ayuda a mantener a raya a la báscula.

La sobreexposición a las pantallas provoca arrugas y manchas en la piel.

La piel y el cabello también sufren el aislamiento. Por un lado, el no maquillarnos a diario ni estar expuestos a la contaminación es favorable, pero tantas horas de calefacción y la falta de sol puede hacer que las necesidades del pelo cambien y que el rostro pierda luminosidad e hidratación. Además, la sobreexposición a pantallas tan típica en estos días en casa provoca la activación de la melanina y la aparición de manchas y arrugas, al igual que no utilizar protección cuando nos asomamos a la ventana o salimos a la terraza. Es esencial captar la luz solar para evitar la carencia de vitamina D y fijar el calcio a nuestros huesos, pero sin descuidar el SPF.

Mantener una rutina de belleza que cuide la tez es importante, sin olvidar su limpieza y nutrición. Para ello, y una vez más aprovechando los ratos ociosos que regala el confinamiento, las mascarillas son una opción efectiva a la que renunciamos en nuestro día a día por falta de tiempo y que ahora es un buen momento para explorar. Como se desaconseja abusar del privilegio de salir a la compra y no todos los cosméticos están disponibles en la tienda más cercana, te invitamos a que los hagas tú mismo con ingredientes que se pueden encontrar en todas las despensas.

Mascarillas faciales caseras

Estas son algunas recetas para restituir el buen aspecto y la salud de la piel. Para rostros que dan muestras de deshidratación, proponemos una mascarilla de yogur natural (dos cuchacharadas), miel (una cucharada) y pepino (medio pepino), para tonificarla y aportarle suavidad y frescor. Habría que aplicarlos, dejarlos actuar unos 15 minutos y retirarlos con un paño húmedo.

Las personas con pieles grasas y con brillos podrían probar esta combinación de harina de avena y leche (dos cucharadas de cada producto) que es muy eficaz eliminando el exceso de sebo tras un cuarto de hora de acción.

Las fresas son el ingrediente perfecto para hacer un exfoliante casero.

Las pieles desnutridas y con rojeces encontrarían ayuda en un puré elaborado con medio aguacate, un plátano y una cucharada de miel. Tras diez minutos, lucirá mejor y se sentirá más calmada.

Y si el objetivo es acabar con las impurezas, lo ideal es retirarlas del rostro con un puré de fresas trituradas y miel, que favorecería la exfoliación mecánica de las pepitas de esta frutas y la química que aportan sus alfahidroxiácidos (AHA).

Un cabello saludable con productos naturales

Recuperar la vitalidad de tu melena perdida durante el aislamiento es fácil combinando un par de ingredientes al alcance de todos. Si tu pelo es seco y buscas aportar una hidratación intensa, esta mascarilla en dos pasos es muy adecuada. Se trata de untar con aloe vera puro el cuero cabelludo, para aportar alivio y evitar picores, y aplicar aceite de coco de medios a puntas. Después de dejarlo actuar, como mínimo media hora, habría que retirar los productos con abundante agua y lavar el cabello con cualquier champú.

Si, por el contrario, queremos tratar un cabello que se engrasa con facilidad, podríamos regular la producción de sebo combinando el zumo de un limón, un huevo y una cucharadita de sal. En sólo media hora, habría que retirar y lavar la cabeza como de costumbre. El resultado será fácilmente apreciable.

Más cosméticos en tu despensa

Si ponernos el bikini y mostrar la aborrecida piel de naranja es uno de los problemas que nos acechan cada verano, este año no va a ser menos. Ayudar a la práctica de ejercicio que recomendábamos arriba con un empujoncito que atenúe las cartucheras no sería mala idea y en este caso, además, reciclamos. Se trata de reutilizar las granzas del café ligeramente humedecidas para masajear, durante 15 minutos, las zonas más afectadas, normalmente glúteos y piernas. Este ungüento promete un efecto exfoliante y anticelulítico natural que nos hará lucir una piel lisa en nuestras primeras visitas a la playa o la piscina.

Y si eres de los que prefieres no exponerte al sol o aún temes mezclarte con la gente (por eso de la distancia interpersonal), estos autobronceadores homemade son la solución para que tu piel adquiera un matiz dorado. 

Las granzas de café son un excelente exfoliante con propiedades anticelulíticas.

Con solo una taza de café y dos cucharadas de aceite de oliva tenemos la loción perfecta para subir algún tono nuestro color. Habría que aplicarlo, dejarlo penetrar unos minutos y listo.

Si no somos cafeteros, con la siguiente alternativa no hay excusas para estar morenos este verano. Consistiría en batir tres zanahorias con tres cucharadas de aceite de oliva, dos de zumo de limón y una de miel, untarlo y esperar. Un consejo a tener en cuenta es siempre utilizar protección después de aplicar limón en la piel, podría provocar la aparición de manchas irreversibles. 

Si el tono conseguido no es el deseado, podríamos exfoliarnos la piel con la mezcla sugerida anteriormente o darnos un baño añadiendo bicarbonato sódico al agua.

Y si ninguno de los consejos anteriores te convence, vuelve a tus cosméticos habituales. La mayoría de perfumerías continúan operativas online y, además, te ofrecen sus productos sin gastos de envío.