Sociedad

Eluana Englaro ingresa en la clínica que finalmente la desconectará

  • El Vaticano pide detener a la "mano asesina" que permitirá que la joven pueda morir tras la autorización del Tribunal Supremo · El Gobierno de Silvio Berlusconi podría impedir de nuevo la decisión judicial

Eluana Englaro, la italiana en estado vegetativo desde 1992, fue traslada ayer a la clínica La Quiete de Udine (noreste de Italia), donde dentro de tres días un equipo de voluntarios le retirará la alimentación y la hidratación asistida que la mantiene con vida.

Este último viaje de Eluana, de 38 años de edad, ha vuelto a producir un duro enfrentamiento en el país entre los sectores conservadores y la Iglesia católica y quienes piden que se respete la sentencia del Tribunal Supremo y, sobre todo, la decisión de la familia que desea que la joven sea desconectada.

Desde el Vaticano, el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, cuyo cargo es un equivalente al ministro de Sanidad, pedía desde las páginas del diario La Repubblica que se detuviera "la mano asesina" que desconectará a Eluana.

Barragán añadió que, a pesar de la sentencia del Supremo, la Iglesia católica "proclamará siempre en voz alta" que se trata de un " abominable asesinato". "No veo cómo se puede definir la decisión de no dejar comer a una persona" dijo el miembro de la Curia.

Aunque prefirió usar un tono más moderado, la Conferencia Episcopal italiana tampoco dudó en definir el caso de "eutanasia", tal y como manifestó el secretario general de este organismo, monseñor Mariano Crociata.

Según Crociata "es inconcebible quitarle el alimento y el agua y al mismo tiempo tener que recurrir a terapias y medicinas contra el dolor".

La paciente fue trasladada en la madrugada de ayer desde la clínica de Lecco (cerca de Milán), donde ha pasado los últimos años atendida por unas monjas, al centro médico de Udine, donde llegó poco antes de las 6:00 de ayer.

La ambulancia en la que viajaba entró por un ingreso secundario ya que el principal había sido invadido por los periodistas y fotógrafos que esperaban la llegada de la enferma.

Eluana ha sido alojada en el departamento de los enfermos de alzheimer y diez hombres vigilan su "privacidad", aseguran los medios italianos.

Hace unas semanas el centro médico había aceptado acoger a la mujer italiana y cumplir así la sentencia del Tribunal Supremo, que el pasado noviembre autorizó a su familia a desconectarla tras una larga batalla judicial.

La clínica Quiete, debido a sus características, pues es una casa de cuidados para ancianos financiada por el Ayuntamiento de Udine, podría eludir la circular del Ministerio de Sanidad del pasado 17 de diciembre en la que se prohibía a cualquier centro médico público o privado interrumpir la alimentación a pacientes en estado vegetativo.

Allí, como explicaron los responsables de la clínica no será desconectada inmediatamente, sino que esperarán unos tres días hasta que un equipo de voluntarios comience la progresiva retirada de la alimentación e hidratación asistida. Según los expertos, Eluana puede tardar unos quince días o más en morir.

No obstante, el equipo de voluntarios que la asistirá ha depositado en los juzgados de Udine un protocolo médico detallado en el que se explica cómo se procederá para evitar posibles denuncias.

El responsable del equipo de voluntarios que ayudará a morir a Eluana, Amato De Monte, responsable del departamento de anestesia del hospital Santa María de la Misericordia de Udine, explicó en una entrevista a una televisión local que se encuentra "devastado como hombre, como padre, como médico y como ciudadano", pero que sus sentimientos "pasan a un segundo plano ante el dolor de la familia Englaro".

Los grupos que se oponen a que la mujer sea desconectada han comenzado sus protestas, y el lunes por la noche ante las puertas de la clínica de Lecco se vivieron momentos de tensión cuando un grupo de personas del Movimiento a Favor de la Vida intentaron detener la ambulancia para evitar su traslado.

Mientras tanto en Roma simpatizantes de la asociación Pueblo de la Vida se manifestaron ayer contra lo que consideran la primera ejecución capital de la historia de la República de Italia y pidieron a los romanos que enciendan una vela y la coloquen en sus ventanas para evitar que "se apague la esperanza de la vida ".

El Gobierno que dirige Silvio Berlusconi ha hecho saber a través de su ministro de Trabajo, Salud y Políticas Sociales de Italia, Maurizio Sacconi, que está "valorando la situación".

De hecho, la subsecretaria de este mismo Ministerio, Eugenia Roccella, resaltó la "incompatibilidad" existente entre la sentencia judicial y las normas del Servicio Sanitario Nacional, dando a entender que el caso todavía no está completamente cerrado. En este sentido, no se descarta que el Gobierno trate de impedir una vez más la desconexión de Eluana.

Por el momento, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, se ha mantenido al margen de la cuestión, cosa que no han hecho muchos miembros de su Gobierno y de su partido, como el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, quien recordó que "la vida humana siempre es sagrada".

Otros, en cambio, prefirieron ayer optar por el silencio, por respeto a la familia, como el presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, que incluso admitió que tiene sus "dudas" sobre el caso.

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