Sociedad

España ya supera a Estados Unidos en la incidencia de la obesidad infantil

  • El 19% de los niños españoles son obesos frente al 16% de los norteamericanos. Los expertos aconsejan que ni la dieta ni el ejercicio físico deban ser entendidos como "un castigo" por los afectados.

España se ha situado por delante de Estados Unidos en obesidad infantil, con un 19% de niños obesos en este país frente al 16% de los estadounidenses, un porcentaje que triplica al de hace 30 años. Así lo señaló el doctor Pedro José Benito, profesor de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, durante la celebración de un congreso en el que se presentó el resultado de un innovador Programa de Nutrición y Actividad Física para el tratamiento de la Obesidad.

Se trata de un estudio pionero en España en el que han participado, durante 5 años, más de 30 investigadores y 2.000 voluntarios, y en el que, por primera vez, se ha combinado la dieta con los gimnasios como centros preventivos y curativos de salud.

Las personas con sobrepeso que han participado en el trabajo lograron una reducción media de peso de entre 8 y 9 kilos, y las que tenían obesidad de hasta unos 12, aunque las respuestas individuales al tratamiento han sido muy variadas.

El trabajo estuvo avalado por el Ministerio de Ciencia y ha sido liderado por la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

Benito, investigador principal del proyecto, precisó que el 45,2% del exceso de peso detectado en los niños españoles se reparte de la siguiente manera: el 26,1% es sobrepeso y el 19,1% a obesidad. El problema es "muy preocupante", según ha dicho, porque estos menores tienen mayor riesgo de desarrollar problemas cardiometabólicos, diabetes tipo 2 o arteriosclerosis antes de llegar a convertirse en adultos.

"El aumento de la actividad física y el cuidado en la alimentación son las claves para asegurar generaciones sanas", comentó.

Benito apunta que las intervenciones dirigidas a niños con obesidad suelen estar orientadas exclusivamente a la pérdida de peso, y es fundamental incluir el ejercicio en la educación y no asociar las actividades físicas ni la dieta a un castigo para el menor.

En cuanto a los adolescentes, explica que el 80% de los que sufren obesidad continuará con este problema en la edad adulta, por lo que la infancia es el momento ideal para reconducir los malos hábitos.

España tiene un 38,7% de la población adulta con sobrepeso y un 14,5% con obesidad, y se prevé que, en 2030, el 37% de los hombres y el 33% de las mujeres españolas padecerán la enfermedad.

El experto resalta, como dato negativo, que la población española es "eminentemente sedentaria", ya que sólo un 43% realiza actividad física de forma regular.

Actualmente, el exceso de peso supone un 8% del gasto total sanitario en España, un dato que, al igual que las estadísticas de la enfermedad, irá en aumento.

A medida que se van cumpliendo años, la grasa visceral aumenta y, como media, un individuo gana 6 kilos de peso y pierde otros tantos de músculo entre los 25 y los 65 años. "En el caso de las mujeres se cuatriplica la grasa intervisceral y en el de los hombres se duplica", matiza Benito.

Este factor es "determinante" en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, por lo que su reducción es fundamental. El especialista comenta que la salud del individuo viene determinada por su estilo de vida, en el que se incluye la dieta y el ejercicio (un 42%), el medioambiente (20%), la genética (28%) y el sistema sanitario (10%).

Marcela González-Gross, doctora en Farmacia y coordinadora del programa, hizo hincapié en los peligros que corren quienes pretenden reducir su peso con dietas extremas o milagro. "Lamentablemente, el 80% de las mujeres españolas en la cuarentena prefieren estar delgada a sana", se lamentó. En esta línea, abundó en que las dietas que eliminan algún tipo de alimento, como las que reducen los hidratos de carbono, son "muy peligrosas" porque, entre otros riesgos, generan una pérdida de agua y electrolitos que puede producir mareos y déficit de atención.

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