Viajes | Verano 2020

Playas escondidas en parques naturales: de Tarifa a Canarias

Los espectaculares acantilados forman parte del paisaje de la playa de Torre del Loro, en Mazagón.

Los espectaculares acantilados forman parte del paisaje de la playa de Torre del Loro, en Mazagón.

De momento va a ser difícil, más aún si, como Reino Unido, los países empiezan a imponer cuarentenas a los españoles, viajar a nueva York, a Punta Cana o a cualquier escapada europea a Londres, París o Berlín. De hecho, este verano los españoles lo tienen claro y los viajes de verano se están realizando dentro de nuestras fronteras. Según datos de la agencia de viajes online Rumbo.es, los destinos en España acaparan ya el 87% de las reservas totales, siendo los enclaves de sol y playa los que se llevan el 63% de las preferencias.

En tiempos de pandemia, desconectar en la naturaleza y lejos de destinos masificados es uno de los principales objetivos en este verano tan inusual. Sin embargo, tras la crisis sanitaria del coronavirus y en medio de una nueva normalidad que está empezando a asustar por los rebrotes puntuales por toda España (también en el mundo), elegir el destino al que viajar en verano se está convirtiendo en una tarea complicada en la que los turistas están procurando, esencialmente, encontrar destinos no muy masificados, en los que haya habido poca incidencia del virus y zonas de naturaleza amplias.

La playa es sin duda el sitio al que ir en verano, pero si además se encuentra situada en un entorno prácticamente vacío, virgen y paradisíaco, mucho mejor. Por suerte, la geografía española cuenta con muchos de esos sitios especiales, alejados del mundanal ruido y llenos de encanto. Playas situadas en el corazón de parques nacionales o parajes naturales en las que las vacaciones se disfrutan de otra manera. Aquí mismo, por ejemplo, en Andalucía, son muchas las playas situadas en entornos naturales a lo largo de toda la costa.

Huelva y Doñana

Huelva, para empezar. La provincia cuenta con un total de 24 espacios naturales protegidos que abarcan una superficie de 340.826,1 hectáreas. Más de un tercio del territorio onubense (el 33,58 por ciento, para ser exactos) está amparado por alguna de las figuras incluidas en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, y dentro de ese alto porcentaje también hay playas, desde Isla Cristina hasta Matalascañas. Precisamente en el Parque Natural de Doñana se esconde la playa de Torre del Loro, en Mazagón, un rincón de difícil acceso pero que merece la pena visitar para contemplar sus espectaculares acantilados en un entorno prácticamente virgen. La playa cuenta con tres kilómetros de longitud.

Parque del Estrecho: Playa de Bolonia

Limitada al oeste por punta Camarinal y al este por punta Paloma. Bordeada por la sierra de La Plata, la sierra de la Higuera y la loma San Bartolomé, la playa de Bolonia, en pleno Parque Natural del Estrecho, en Cádiz, es una de las pocas playas vírgenes que se pueden encontrar en el sur de la península. La escasa ocupación humana de la zona ha propiciado su conservación, ya que sólo existe el pequeño núcleo poblacional de El Lentiscal. Cuenta con una longitud de 3.800 metros y una anchura media de 70 metros. En su extremo oriental se encuentran sus conocidas piscinas naturales y, si además se quiere completar el viaje con una visita cultural, junto a la playa se encuentran las ruinas de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia, en excelente estado de conservación. 

Los barrancos de Playa de Guayedra

Uno de los parajes protegidos más bellos de Gran Canaria por sus valores geológicos, de flora, fauna y arqueológicos es sin duda el Parque Natural Tamadaba, que queda rematado por la playa de Guayedra. Se trata de una cala coqueta y de impresionantes puestas de sol. Muy cerca del pueblo y puerto de Agaete. La presencia de palmeras y otras plantas, el negro volcánico, los espectaculares acantilados y la vista del Teide componen un cuadro demasiado atractivo como para no bajar a esta playa paradisíaca que destaca por su fuerte oleaje y sus barrancos y rocas escarpadas.

Valdearenas, el Cantábrico con toda su fuerza

Muy cerca de la ciudad de Santander, en Liencres, el Cantábrico se muestra con toda su fuerza en la playa de Valdearenas. Para llegar a ella hay que atravesar el Parque Natural de Las Dunas de Liencres, enorme y mayoritariamente poblado por pinos bajo los que se puede estar tranquilamente cualquier día día de verano y aprovechar para comer o merendar disfrutando de la naturaleza. La playa no es de esas de aguas tranquilas en las que relajarse. Se trata de un paraíso para los amantes del surf por su oleaje.

La arena dorada de O Vilar

Arena fina y dorada, cierto oleaje y un tamaño coqueto definen la playa de O Vilar, situada dentro del parque de las Dunas de Corrubedo, en A Coruña. La playa se encuentra en una zona aislada, sin urbanizar, en un entorno tranquilo en el que disfrutar junto con las playas de Anguieiro, A lagoa,Rio do mar y A Ladeira, que conforman una de las playas más largas de la costa coruñesa, con una extensión cercana a los 5 Kilómetros. En los alrededores, abundante vegetación, bosques y dunas.

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