Las autoridades brasileñas dieron ayer por terminada la búsqueda de las víctimas fatales de un avión que cayó el sábado a un río de la Amazonía y dejó 24 muertos, veinte de ellos de una misma familia, y cuatro supervivientes.
El aparato, un turbohélice de la empresa Manaos Aerotaxi, cayó al río Manacupurú, afluente del Amazonas, cuando hacía un vuelo fletado con 26 pasajeros y dos tripulantes entre el municipio de Coari y Manaos, la capital regional.
Las autoridades temen que, además de las malas condiciones meteorológicas, en el accidente haya influido un inusual exceso de pasajeros.
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