previsión La pérdida o la sustracción de los documentos de identificación debería preocupar más

Los andaluces y sus carteras

QUERÍAMOS conocer cómo se comportan los españoles cuando pierden o le roban la cartera así que realizamos una encuesta y un experimento. En el caso de Andalucía, hay un 8% menos de hurtos de este tipo. Buena noticia. Lo malo es que dentro de la cartera llevamos tarjetas bancarias y otros documentos con datos personales, todo lo que necesita un delincuente para usurpar una identidad. Sin embargo, sólo a uno de cada cinco andaluces le preocupa el riesgo que representa que sus datos personales caigan en manos de terceros tras perder la cartera o sufrir un robo de este tipo.

Cuando preguntamos a los andaluces, un 30% nos aseguró haber sufrido un incidente de este tipo en alguna ocasión sin poder recuperar nunca los documentos que llevaba, fundamentalmente el DNI, tarjetas de crédito y carné de la Seguridad Social. Es decir, son víctimas en potencia de sufrir algún tipo de fraude. Conviene no despreocuparse demasiado con los nuevos riesgos que acechan el día a día de las personas si no queremos encontrarnos, de la noche a la mañana, con una sustancial merma del saldo de nuestra cuenta bancaria.

Existe una peligrosa y creciente práctica en todo el mundo que no entiende de fronteras y que se llama robo de identidad. Si lo sufres, te harán responsable de la compra de bienes o servicios que no has adquirido pero que, en su nombre, contrató un estafador. Te exigirán el pago de facturas y, si no lo haces, entrarás en listados de morosos.

Más de la mitad de los andaluces han sufrido la pérdida de su cartera y el rango de edad que más preocupa es el que oscila entre los 30 y 39 años. Los treintañeros pasan más tiempo en la calle, el lugar donde más pérdidas o robos de cartera se producen, y acostumbran más a ir a bares, discotecas y otros establecimientos de ocio. Ellos especialmente conocen lo desagradable que resulta tener que cancelar todas las tarjetas, pedir una renovación, conseguir de nuevo los documentos de identidad y, si es el bolso en lugar de la cartera, bloquear el móvil o cambiar la cerradura de casa. Cuidado especial en estos lugares, así como en los transportes públicos y en los cajeros, escenarios también comunes de estos episodios. Mantener bajo vigilancia el bolso o la cartera cuando estamos en lugares públicos, no perder de vista la tarjeta bancaria al pagar en un comercio o restaurante, o revisar nuestras cuentas con frecuencia para detectar un posible fraude son prácticas preventivas que permiten atajar las nefastas consecuencias derivadas de un robo o una pérdida de documentos con datos personales. Nunca nos cansaremos de concienciar a las personas del riesgo que para su economía e identidad personal puede suponer este tipo de incidentes.

Una recomendación más. A pesar de tener mala memoria, es lógico y de sentido común que no se debe llevar apuntado el número secreto de la tarjeta bancaria en el interior de la cartera, a no ser que queramos abrir de par en par la puerta del fraude a los amigos de lo ajeno. Por raro que parezca, todavía hay gente que lo hace. Y sí, en cambio, habría que incluir en lugar visible una pegatina con un número de teléfono donde poder contactar en caso de pérdida. Tenemos bastantes posibilidades de recuperarla. Al menos esto es lo que nos dice el experimento que llevamos a cabo desde CPP el pasado 13 de octubre.

Para comparar los resultados de la encuesta con una prueba empírica, dejamos caer cien carteras en cinco ciudades españolas. Lo hicimos allá donde la gente suele perderlas, en la calle, al lado de un cajero automático, en un bar, una gasolinera o un supermercado. De las veinte que tiramos en la capital hispalense aparecieron la mitad. Quienes la encontraron actuaron de forma solidaria y con bastante rapidez. Nos llamaron de inmediato para devolverla, preocupados la mayoría porque había dentro una tarjeta bancaria. Del total de carteras recuperadas, el 90% apareció con todo su contenido, es decir diez euros en efectivo, tarjetas bancarias, fotografías, carné de gimnasio, tickets de compra. El peligro no está en la gente honrada sino en ese otro pequeño porcentaje. Aunque en otras ciudades recuperamos alguna cartera más, lo más importante aquí es recordar que no es lo mismo perderla que sufrir un robo. Ahí es donde debemos hacer la comparativa. Si en lugar de extraviarla, te la quitan, olvídate de recuperar tus documentos y empieza a revisar tu cuenta a diario. Una de las prácticas más comunes de este tipo de estafadores es llevar a cabo pequeños cargos en la cuenta para ver si eres de los que revisan, o no, tu cuenta bancaria antes de perpetrar un fraude mayor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios