Sociedad

El fuego arrasa 3.000 hectáreas en Orense y amenaza a viviendas

  • La Xunta mantiene el nivel dos de emergencia por la cercanía de las llamas a los núcleos de población.

La provincia de Orense vuelve a ser pasto de las llamas, en unos días negros, con incendios forestales sin control que cercaron casas, provocaron desalojos y afectaron a zonas de alto valor ecológico, y cuya extinción se ha complicado por las elevadas temperaturas, inusuales, y por un viento muy cambiante. Los dos grandes fuegos registrados en Oímbra y Muíños, unidos a otros nuevos, han devorado más de 3.000 hectáreas. Además en el primero de ellos se mantiene la declaración de "situación dos" por la cercanía de las llamas a las viviendas.

El resultado es una imagen desoladora, con zonas completamente teñidas del tizón de la ceniza y con una humareda que puede verse desde numerosas localidades próximas y también al pasar por la vertebradora autovía A-52.

La difícil situación puso en vilo a los habitantes de la provincia, congregados desde la noche del martes en la calle al ver cómo el fuego se aproximaba, por momentos, a sus casas, tal y como fue el caso de Requiás y de cuatro pueblos del Ayuntamiento de Oímbra, donde las llamas avanzaron sin control.

"Ahora ya lo van apagando, pero la situación estuvo complicadísima", contó una vecina de As Chás (en Oímbra), llamada Concepción Damián, que dijo que afortunadamente no hubo que lamentar problemas mayores, ya que el fuego "llegó a rodear las casas" pero no a provocar daños en ellas. Este incendio, que llegó a avanzar doce kilómetros, atravesando los pueblos de Bousés, Espiño, As Chás y Oímbra, con rachas de viento fuerte y cambiante, se mantuvo, casi desde un inicio, muy cerca de cuatro núcleos urbanos y obligó a desalojar Espiño, algo que se mantenía en la tarde de ayer.

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