Sociedad

Por qué la calle del Ikea en Valladolid se llama Me falta un tornillo y otros nombres de calles peculiares

  • Valladolid tiene su calle Me falta un tornillo pero son muchos los ejemplos de nombres peculiares por toda la geografía española

Por qué la calle del Ikea en Valladolid se llama Me falta un tornillo

Por qué la calle del Ikea en Valladolid se llama Me falta un tornillo / Archivo

Hay gente que se levanta tan al alba que las calles aún no están puestas, pero hay otros que hacen lo mismo pero siguen dormidos cuando deciden darle nombre a una vía. El mundo no deja de sorprendernos y más en este agónico 2020.

Los visitantes de Valladolid se quedan hipnotizados con el nombre de la calle donde se encuentra IKEA. La corporación multinacional con sede en Suecia está por todos los rincones de la geografía española y nuestras casas, cada vez más, parecen sacadas a la perfección de uno de los catálogos de la afamada marca de decoración.

Pues bien, a orillas del Pisuerga, todos los que van a comprar una mesita de noche, una lámpara o mil detalles insignificantes para el hogar, tienen que dirigirse a la calle Me falta un tornillo, en la localidad vallisoletana de Arroyo de la Encomienda.

Detrás de la locura hay toda una majestuosa campaña publicitaria, de esas que hacen época. Hará unos años, los publicistas de IKEA sacaron "Nuestra mejor calle lleva tu nombre" una estrategia publicitaria que causó furor entre los habitantes. Los ciudadanos de Valladolid debían elegir entre: calle Como en casa nada, calle de El abrazo en el sofá y, la triunfadora, calle Me falta un tornillo. Ganó con el 54,35% de los votos.

Finalmente, el 20 de diciembre de 2011 se inauguró la tienda Ikea situada en la calle Me falta un tornillo de Arroyo de la Encomienda dejando entrever, entre otras muchas cosas, que la publicidad y la comunicación, cuando se fusionan, acaban con todo pensamiento crítico del espectador.

Otras calles peculiares

Una de las calles de Almería. Una de las calles de Almería.

Una de las calles de Almería. / Archivo

Arroyo de la Encomienda no es la única localidad que tiene calles alejadas de la cordura. Entre tanta memoria histórica y peleas políticas por cambiar un simple azulejo en la fachada de una esquina, hay miles de ejemplos de vías que, bonitas o no, llaman la atención por su esperpéntico nombre.

Si hacemos un recorrido por diferentes ciudades y países nos encontramos maravillas como la calle de Mauro Silva en Coruña, calle de Gibraltar Español en Almería, calle Naranjito de Triana esquina con Avenida Kansas City, la plaza de Mary Poppins en la capital aragonesa, otra plaza, la del Tieso en Prádena, Segovia, o la calle Cristo de la repollo en Guadalajara.

Yo no sé si acertados o no pero, al menos, en una época donde la tristeza invade el alma, un paseo relajado en el que poder respirar y reírse a carcajadas limpia con los nombres de las calles, es un buen remedio contra la pena.

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