La Policía lusa, junto a la alemana y a la Scotland Yard, sigue buscando, por tercer día consecutivo, algún indicio que permita arrojar luz a la desaparición de la pequeña Madeleine hace 16 años en Praia da Luz (Portugal).

El sitio en el que las fuerzas y cuerpos de seguridad de los tres países se está centrando está relacionada con un lugar al que el único sospechoso de la desaparición, Christian Brueckner, solía acudir a acampar. Se trata del embalse de Arade, situado a 50 kilómetros del apartamento en el que se encontraba la niña antes de que se esfumara.

Según trascendió a medios británicos, el detonante de iniciar esta nueva búsqueda tanto tiempo después se debió a un chivatazo, pero esta información no se ha podido confirmar. 

La búsqueda

La búsqueda estaba prevista para que se extendiera durante dos días pero se ha prolongado uno más, ya que los agentes siguen rastreando el perímetro.

Las labores de investigación se están llevando a cabo con un gran secretismo, pero la magnitud de la movilización de personal proveniente de los tres países ha levantado mucha expectación. La zona ha sido acordonada, se han establecido cinco puestos de control, se han instalado dos carpas y se ha prohibido el uso de drones en la zona.

Se centran, sobre todo, en el espacio terrestre, aunque se han acercado durante estas horas a la orilla y hay una barca preparada por si fuera necesario iniciar la búsqueda también en el área del embalse. Un equipo de especialistas en submarinismo de la Policía Judicial portuguesa está a la espera de que les den la orden de intervenir.

De momento, se han rastreado varios lugares y se han llenado varias bolsas de plástico que podrían contener posibles pruebas. Éstas han sido trasladadas al laboratorio.

Están buscando en esa zona porque, según testigos, era un espacio en el que solía acampar Brueckner con su furgoneta, una Volkswagen Westfalia.

Lo que en principio buscan los investigadores son fibras o alguna prenda que pudiera pertenecer a Madeleine, aunque también se sospecha que estén buscando pruebas que pudieran tener relación con otras víctimas del pederasta alemán. Por el momento se ha conocido que dentro de dichas bolsas hay restos de tela que van a ser analizados.

El rastreo de la zona dio comienzo el martes, 23 de mayo, a las 08:00 horas de Portugal, pero debido a las fuertes lluvias los equipos especializados vieron interrumpida su tarea. Durante la jornada del 24 de mayo, miércoles, los investigadores pasaron gran parte del día limpiando y desbrozando algunas zonas cercanas al aparcamiento cercano a la única pista de tierra por la que se puede acceder al lugar.

Mientras tanto, cuatro perros rastreadores, especialistas en búsqueda de restos humanos, trabajaron sobre el terreno y marcaron algunos posibles puntos de interés en los que podría haber algún rastro biológico.

Mientras se sigue peinando el perímetro, los agentes de Scotland Yard tienen orden de informar de todo lo que ocurra a Kate y Jerry McCann, los padres de la menor desaparecida.