Coronavirus

Cuál es el origen del toque de queda

El toque de queda es ya una realidad en París y otras ciudades desde el pasado fin de semana.

El toque de queda es ya una realidad en París y otras ciudades desde el pasado fin de semana.

Posiblemente muchos de los españoles pensaron, allá por junio, que poco más sorprendente podrían vivir en los próximos meses o años que el encierro al que se habían visto obligados desde mediados del mes de marzo, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez decretara el estado de alarma en el país a consecuencia de la pandemia por el coronavirus de Wuhan, que estaba, ya por entonces, empezando a desatar una tormenta perfecta en forma de crisis sanitaria sin precedentes (luego vino la económica).

La sociedad vivió encerrada en su casa los peores momentos de la crisis, con la esperanza puesta en que el fuego se apagara y todos volvieran a su vida ‘normal’ (aunque de una forma nueva, eso ya se sabía). Llegó el verano y cierta tranquilidad con él, pero ahora, después del estado de alarma, la desescalada y la segunda ola, comienza a sonar con fuerza un nuevo término que empieza a asustar a la población. A asustar y a recordar, porque de nuevo tiene poco.

El último toque de queda en España

El toque de queda, como el estado de alarma antes de este estado de alarma, suena a desastre, a guerra y a libertad restringida. La última vez que España vivió uno no fue legal aunque sí bastante efímero. Lo decretaba el teniente general Jaime Milans del Bosch, el 23 de febrero de 1981 y en la ciudad de Valencia, durante el fallido intento de golpe de Estado del general Tejero. Desde entonces nunca más, aunque hasta ese día sí que se había sucedido con cierta periodicidad durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco.

No es extraño que les suene tan mal a los españoles eso del toque de queda, pero el hecho es que ha sido propuesto ya por algunos gobiernos autonómicos y que está funcionando como medida de contención del virus en Francia (en las ciudades de París, Lyon, Aix-en-Provence-Marsella, Toulouse, Lille, Montpellier, Grenoble, Rouen y Saint-Etienne), Bélgica, Eslovenia y las regiones italianas de Lombardía y Campania. La realidad es que el presente, aun con virus de por medio, dista mucho de aquel pasado en el que los toques de queda eran algo cotidiano en una Europa sumida en la guerra constante.

Ahora no se trata más que de un confinamiento restringido a a determinadas horas del día en lugares concretos, habitualmente, al menos de momento, con la idea de limitar al máximo el tránsito o la estancia de personas en las horas de ocio nocturno, que se vincula al origen de esta segunda ola de la pandemia.

Teorías sobre el origen del toque de queda 

Hay varias teorías acerca del origen etimológico de la expresión, pero la mayoría apunta al significado de la palabra ‘queda’, que según la RAE es la “hora de la noche, señalada en algunos pueblos para que todos se recojan”, normalmente por medio del sonido de las campanas de la iglesia.

En el pasado, en toque de queda era una forma de garantizar la seguridad de los vecinos ante los riesgos de la noche y era, por lo tanto, bien recibido siempre por la gente de bien.  Hoy en día, al tratarse al fin y al cabo de una restricción de la libertad de los ciudadanos, los toques de queda se vinculan a estados de guerra o dictaduras.

Aunque históricamente ha habido muchos toques de queda por muy diversas razones, fue la Alemania nazi la que lo popularizó en el subconsciente colectivo. Durante el Tercer Reich, entre 1933 y 1945, se prohibió la salida de judíos de sus casas o que fueran a determinados lugares. Luego vendrían otros ‘toques de queda’ selectivos, por ejemplo en algunos estados de EE.UU. restringiendo las salidas de la población afroamericana.

Sin embargo, generalmente se ha utilizado en situaciones extremas de desestabilización política y social como atentados terroristas, protestas violentas, golpes de estado o crisis sanitarias como la que preocupa ahora al mundo entero.

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