Sociedad

Las estatuas egipcias con la nariz rota no son una casualidad

  • Estamos ante una manera figurada de quitarle la vida a algo inanimado, de restarle poder, algo que terminó convirtiéndose en una práctica habitual

  • Esta práctica se llevó a cabo también en grabados o en pinturas

Esfinge que unía los templos faraónicos de Luxor y Karnak, a 600 kilómetros al sur de El Cairo

Esfinge que unía los templos faraónicos de Luxor y Karnak, a 600 kilómetros al sur de El Cairo

Cuando nos detenemos en Egipto lo hacemos ante una de las civilizaciones más increíbles y misteriosas de todos los tiempos. Un mundo repleto de curiosidades y de enigmas que año tras año moviliza a miles de investigadores para seguir indagando y descubriendo cosas nuevas de una civilización de más de 3.500 años. Una de las diversas preguntas que nos hemos hecho a lo largo de años es ¿Por qué muchas de sus figuras tienen la nariz rota?

Por mucho que nos resultara sencillo deducir que el paso del tiempo y las duras condiciones de pervivencia que han tenido son motivos más que suficientes para erosionar esa parte de las esfinges, la realidad histórica y técnica termina llevándonos por otros derroteros.

Quienes han estudiado pormenorizadamente las habilidades de los egipcios saben que formaban parte de una civilización cuya destreza y precisión trabajando la piedra rozaba la perfección, por lo que el paso de los años no podía ser un motivo razonable para que la mayoría de las figuras estén ahora sin nariz o con algún trozo de la misma rota. 

El paso de los años no es un motivo razonable para que la mayoría de las figuras estén ahora sin nariz

Ha tenido que ser Edward Bleiberg, principal responsable de la conservación de las piezas expuestas en la muestra 'Poder llamativo: iconoclasia en el antiguo Egipto', del Museo de Brooklyn, el que arroje algo de luz a la causa. Porque ¿Cómo se explica que obras de relieve en dos dimensiones a menudo mostraran el mismo daño?

Algunas primeras hipótesis apuntaron a que se trata de un intento de los colonialistas europeos de borrar las raíces africanas de los egipcios antiguos, pero con el paso del tiempo esta teoría imperialista ha termina descartándose para abrir los ojos a la realidad. Entonces ¿Qué pudo haber sucedido? 

La cultura egipcia ha sido una de las más admiradas y mitificadas. Hablamos quizás de la civilización más próspera que ha conocido la historia de la humanidad, la misma que durante años fue cuna de grandes pensadores y de increíbles avances científicos, técnicos y académicos.

Gestos de poder

Y la respuesta con más credibilidad en este momento se resume en una palabra: iconoclasia, del griego Eikonoklasmos, que significa 'ruptura de imágenes'. Los antiguos egipcios creían que las imágenes podían albergar un poder sobrenatural.

Los objetos que representaban la forma humana, en piedra, metal, madera, arcilla o incluso cera, podían ser ocupados por un dios o un humano que había fallecido y se había convertido en un ser divino, y así podían actuar en el mundo material. Así, el daño en la escultura buscaba desactivar la fuerza de una imagen. Romper ciertas partes de los cuerpos de las esfinges era, ni más ni menos, que una manera de acabar con sus capacidades. Por odio o temor ante el enemigo, por sed de venganza o por necesidad de gloria en la historia.

Romper ciertas partes de los cuerpos de las esfinges era, ni más ni menos, que una manera de acabar con sus capacidades

Podía mutilarle un brazo a las estatuas, cortarle las orejas, la cabeza o la nariz. Este último gesto era "la forma más fácil de matar al espíritu interior", explica Bleiberg, porque "la nariz era la fuente del aliento, el aliento de la vida". Es una manera figurada de quitarle la vida a algo inanimado, de restarle poder. Y no solo en lo que se refiere a esculturas, sino también en grabados o en pinturas. 

"Estamos presenciando el empoderamiento de muchos grupos de personas con opiniones diferentes sobre cuál es la narrativa adecuada", finaliza Bleiberg. Esta es la verdadera razón de por qué muchas figuras egipcias no tienen nariz.

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