Las carreteras españolas se cobraron la vida de 39 personas durante la Semana Santa de este año, cinco menos que en 2010, la primera vez desde que existen registros en la que el balance de víctimas mortales durante esas vacaciones baja de 40 fallecidos.

En la rueda de prensa para presentar el balance de la operación especial de tráfico, el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha felicitado de que la Semana Santa se comporte ahora como "una semana más" en las cifras de siniestralidad.

Un dato que contrasta con las cifras de hace diez años, cuando fallecieron en estas mismas fechas 139 personas, cien más que este año, lo que supone un descenso del 72 por ciento.

Rubalcaba no ha querido relacionar el descenso de la siniestralidad de este año con el nuevo límite de velocidad a 110 kilómetros por hora, aunque ha subrayado un hecho objetivo: que a menor velocidad desciende la posibilidad de tener un accidente.

Tampoco ha avanzado si se prorrogará la medida más allá del 30 de junio y ha afirmado que dependerá del precio del petróleo y de los datos que se conozcan sobre el ahorro de combustible en estos meses.